El origen de las Cortes de Castilla y León, tanto las del antiguo Reino de Castilla, como las de León, se remonta al siglo XII, lo que las hace aparecer como una de las instituciones representativas más antiguas de Europa. La primera referencia escrita data de 1188, año en que se documenta la convocatoria llevada a cabo por Alfonso IX de León, a la que asisten representantes de las ciudades y las villas, junto con los de la nobleza y el clero.
En el Reino de Castilla probablemente la primera convocatoria de Cortes es la efectuada por Alfonso VIII en el año 1187, que se celebra en San Esteban de Gormaz y a la que acuden representantes de cincuenta ciudades.
Todas estas asambleas y las que tienen lugar en siglos posteriores son el antecedente de las actuales Cortes democráticas, constituidas a partir del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, cuya primera sesión data de 1983.
De todas las funciones de las actuales Cortes cabe destacar la de legislar en el ámbito que enmarca el Estatuto de Autonomía de la Comunidad y la de controlar a la Junta y su Presidente. Pero, junto a estas funciones, esta institución también es la encargada de aprobar los presupuestos, elegir al Presidente de la Junta, designar a los Senadores autonómicos e imponer y recaudar tributos.
En cuanto a su composición, las Cortes están integradas por Procuradores elegidos por sufragio universal a razón de un número mínimo de tres Procuradores por cada provincia y otro más por cada 45.000 habitantes o fracción superior a 22.5000, cuyo mandato dura, con carácter general, cuatro años.
Sede de las Cortes de Castilla y León.
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