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Conoce Castilla y León
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Teófanes Egido López [1936]
Nacido en Gajates, provincia de Salamanca, en una familia de campesinos el 1 de abril de 1936, Teófanes Egido López ha proporcionado a la historiografía del siglo XVIII hispano unas vanguardistas líneas de investigación muy reconocidas entre los historiadores modernistas. Reclutado a los 11 años por la Orden del Carmen Descalzo, estudió en Colegio San Juan de la Cruz de Medina del Campo y, posteriormente, en el noviciado de Segovia. Ingresó en el Carmelo Teresiano en 1952 y, tras estudiar Filosofía clásica en Ávila y Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, fue ordenado sacerdote en Madrid en 1960.
Después de sus estudios religiosos inició la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid, licenciándose en 1965. Compaginó entonces su vocación religiosa con la docente e investigadora, de modo que, después de ejercer como alférez capellán castrense en Melilla, y comenzó a impartir clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad vallisoletana, dentro de la especialidad de Historia Moderna. Completó su formación académica en Historia y Filología con estancias veraniegas en Alemania y Austria antes de obtener el título de doctor con la tesis La opinión pública y el poder: 1713-1759, dirigida por Antonio Bethancourt y defendida con éxito -sobresaliente ‘cum laude’- en 1970. Cinco años antes había culminado la tesina de licenciatura, titulada Prensa clandestina española en el siglo XVIII y dirigida también por Bethancourt.
En la Universidad de Valladolid ha sido adjunto interino (1966), profesor adjunto por oposición desde 1972, titular desde 1983 y catedrático de Historia Moderna desde 1989 hasta su jubilación, en septiembre de 2001. Al mismo tiempo, desde el antiguo monasterio de San Benito el Real, su residencia en la ciudad del Pisuerga, impulsó la revista Estudios Josefinos, coordinó la Asociación Iberoamericana de Josefología y contribuyó de manera decisiva a compilar la biblioteca josefina más importante del mundo.
En su faceta investigadora ha abierto vetas de vanguardia que han servido de ejemplo y estímulo a modernistas de acreditado prestigio, tanto españoles como extranjeros. En primer lugar por su decisión de especializarse en la historia del siglo XVIII español, centuria un tanto preterida por la historiografía de aquel momento, centrándose especialmente en las variadas -y no siempre bien documentadas- manifestaciones de oposición al poder. De igual manera cabría interpretar su apuesta por investigar la opinión pública y su preferencia, más general, por la nueva historia cultural y la historia de las mentalidades.
Pero Teófanes Egido es asimismo un experto en los estudios sobre san José, Santa Teresa y san Juan de la Cruz. Además de coeditar las obras de Santa Teresa, en las que ha dedicado especial atención al epistolario, ha abordado temas novedosos acerca de las biografías tanto de la santa abulense como de san Juan de la Cruz, desbrozando todo lo que de histórico y hagiográfico se ha venido acumulando en los abundantes trabajos sobre ambos.
Egido publicó el famoso pleito de hidalguía de la familia de santa Teresa conservado en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, que demuestra el origen judeoconverso del padre. También ha dedicado importantes trabajos a la vida y obra de Martín Lutero, siendo pionero en la traducción al castellano de una amplia selección de sus obras, sin olvidar sus sugerentes interpretaciones y contribuciones conceptuales sobre las relaciones Iglesia-Estado en la época moderna, la Inquisición, el regalismo o las religiones ilustrada y popular.
Ha publicado numerosos artículos en revistas académicas, de Historia y Teología, como, entre otras, Revue de Vivarais, Revista de Espiritualidad, Estudio Agustiniano, Notre Histoire, Studi Franzoniani o el Boletín de la Real Academia de la Historia, y ha impartido conferencias en los más importantes encuentros y congresos sobre su especialidad. Además, en 1982 dirigió, junto a Víctor García de la Concha y Olegario González de Cardedal, el Congreso Internacional Teresiano celebrado en Salamanca, y en 1991 hizo otro tanto con el Congreso Internacional Sanjuanista, esta vez en Ávila. En 2001, ya jubilado como catedrático de Universidad, fue nombrado por el Ayuntamiento de Valladolid cronista de la ciudad, responsabilidad que desempeñó hasta 2018.
Entre sus abundantes obras publicadas destacan Prensa clandestina española del siglo XVIII: ‘El Duende Crítico’ (1968); Opinión pública y oposición al poder en la España del siglo XVIII, (1971); Sátiras políticas de la España Moderna (1973); Dictamen de Campomanes (junto con J. Cejudo, 1977); San Pedro Regalado, patrono de Valladolid (1983); El linaje judeoconverso de Santa Teresa. Pleito de hidalguía de los Cepeda (1986); Las claves de la Reforma y la Contrarreforma, 1517-1648 (1991); Las reformas protestantes (1992); Las causas “gravísimas” y secretas de la expulsión de los jesuitas por Carlos III (en colaboración con Isidoro Pinedo, 1994); Carlos IV (2001); y Los jesuitas en España y en el mundo hispánico (en colaboración con Manuel Revuelta y Javier Burrieza, 2004); Sobre Teresa de Jesús, con José Jiménez Lozano (2015); Martín Lutero, una mirada desde la historia (2017).
Además de participar en importantes proyectos editoriales como la Historia de la Iglesia en España (1979), la Historia de las diócesis españolas (2004 y 2005), la Historia de España de Menéndez Pidal y la Historia de la Inquisición en España y América dirigida por Joaquín Pérez Villanueva (1984), es autor de la introducción, revisión textual y notas a las ediciones de Libro de las Fundaciones, Obras completas (1974) y Epistolario (1974) de Santa Teresa de Jesús, esta última en colaboración con Luis Rodríguez Martínez. De igual manera, es autor de la traducción y edición de las Obras de Martín Lutero (1977).
Gonzalo Calcedo Juanes [1961]
Nacido en Palencia en 1961 y funcionario de profesión, Gonzalo Calcedo Juanes ha dedicado al cuento la mayor parte de su producción literaria. Es, de hecho, uno de los cuentistas españoles más brillantes y un autor de referencia para todos los lectores del género. A los ocho años se trasladó con su familia a Santander. Después de residir un tiempo en León, obtuvo plaza en la administración autonómica cántabra. En la actualidad reside en Pedreña.
Es autor de numerosos libros de relatos y de tres novelas, La pesca sin mosca (2003), Playa Omaha (2015) y Senectus (2017). Comenzó su carrera literaria en 1995, año en el que quedó finalista del II Premio Nuevos Narradores. Su trayectoria en los relatos cortos se caracteriza por la capacidad para hacer de los sucesos cotidianos o de una simple anécdota una experiencia universal, con un lenguaje sobrio, conciso y elegante, donde destaca la naturalidad en el uso del diálogo.
A menudo se ha dicho que la suya es una poética de la desolación, pues sus relatos nos acercan a la cotidianeidad gris de personajes aturdidos por las pérdidas, el aburrimiento, la melancolía y la soledad. Y es que muchos de los protagonistas de sus cuentos son seres escépticos que, a menudo, adolecen de alguna orfandad o extrañeza de índole identitaria, de ahí que sus relatos versen sobre incertidumbres, alegrías y desesperanzas.
Inspirado por la tradición cuentística norteamericana, muy especialmente por autores como Henry James, John Cheever, J. D. Salinger, Tobías Wolf, Richard Ford, o Ernest Hemningway, pero también por la realidad inmediata que le rodea, es autor de los libros de relatos Esperando al enemigo (1996), Otras geografías (1998), Liturgia de los ahogados (1998), La madurez de las nubes (1999), Apuntes al natural (2002), La carga de la brigada ligera (2004), El peso en gramos de los colibríes (2005), Mirando pájaros y otras emociones (2005), Chejov y compañía (2006), Saqueos del corazón (2007), Temporada de huracanes (2007), Cenizas (2008), Picnic y otros cuentos recíprocos (2010), El prisionero de la avenida Lexington (2010), Siameses (2011), Las inglesas (2015), Necios y ridículos (2020) y Como ánades (2021).
Asimismo, ha participado en antologías de relatos como Los cuentos que cuentan (1998), Cuentos de hijos y padres (2001), Lo que cuentan los cuentos (2001), Cuentos contemporáneos (2001), Pequeñas resistencias (2002), Cuento español actual, 1992-2012 (2014) y Cuentos pendientes (2021).
Los numerosos galardones recibidos lo acreditan como uno de los máximos exponentes del cuento en el mundo hispánico. Entre ellos destacan el Premio José Hierro, en su juventud como escritor, tres Premios NH-Vargas Llosa (mejor libro inédito de relatos, mejor relato presentado en solitario y mejor libro de cuentos editado en España), el Alfonso Grosso (2005), Tiflos (2005), Caja España (2005), el Premio Iberoamericano de Relatos Cortes de Cádiz (2006), Concurso de Cuentos ‘Manuel Llano’ (2007), Premio Literario de Cantabria (2007), Premio Ciudad de Coria (2009), Hucha de Oro (2012), XV Certamen de Relatos Cortos ‘Tierra de Monegros’ (2013), el Premio Literario Relatos Cortos de Cine (Huesca, 2014), el Internacional de Novela Corta Diario de Jaén (2015), el Premio Internacional de Cuento ‘Las Dalias’ (2017) y el Premio de Narrativa Ciutat de Vila-real (2017) por Senectus. En 2016 fue finalista del Premio Hispanoamericano de Cuentos ‘Gabriel García Márquez’, el más importante del género en el ámbito hispano, con Las inglesas, así como del Premio de la Crítica de Castilla y León.
Además de impartir conferencias sobre el género literario que es su especialidad, el palentino colabora como articulista en varios medios de comunicación y ha escrito en revistas especializadas.
Mariano Esteban Rodríguez [1944]
Vallisoletano de Villalón de Campos, donde nació el 26 de julio de 1944, Mariano Esteban Rodríguez es uno de los máximos especialistas en el estudio de la biología de los virus y el desarrollo de aplicaciones, en particular vacunas, para erradicar algunas de las enfermedades más mortíferas de la humanidad como el SIDA, ébola, hepatitis C o la malaria. Actualmente se encuentra trabajando en el desarrollo de una vacuna frente a la COVID-19, pandemia que asola nuestro planeta desde finales de 2019.
Licenciado en Farmacia (1967) y en Ciencias Biológicas (1972), Mariano Esteban es doctor en la especialidad de Microbiología por la Universidad de Santiago de Compostela (1970), en cuyo Departamento de Parasitología y Microbiología recibió las enseñanzas de su fundador, Benito Regueiro Varela. Entre 1970 y 1974 trabajó como posdoctoral en el Centro Nacional de Investigaciones Médicas de Londres (MRC). Contratado como instructor en el Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey (USA) entre 1974 y 1977, tras una breve estancia en 1978 en el Centro de Biología Molecular de Gante (Bélgica), en 1979 obtuvo la plaza de profesor titular en el Departamento de Bioquímica en la Facultad de Medicina en la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY), donde en 1982 fue nombrado profesor asociado con nivel funcionario, y en 1985 profesor (catedrático) de los Departamentos de Bioquímica y de Microbiología e Inmunología.
Profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas desde 1987, cinco años después regresó a España para dirigir el nuevo Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del CSIC, cargo que ocupó durante 11 años. El científico de Villalón incrementó el prestigio internacional del Centro como lugar de excelencia en investigación biotecnológica en las áreas de salud humana y animal, agricultura y medio ambiente, ejerciendo además una encomiable labor de atracción de empresas mediante convenios de colaboración con compañías nacionales e internacionales.
Sus investigaciones se han centrado en el conocimiento de la biología molecular de agentes patógenos como los virus, para, de esta forma, desarrollar procedimientos que permitan el control de enfermedades infecciosas. Destacan, a este respecto, sus descubrimientos sobre la biología del virus vacunal, que fue utilizado como vacuna para erradicar la viruela, lo que además le ha servido para generar nuevas vacunas contra enfermedades prevalentes como el sida, hepatitis C, malaria, leishmaniosis, y los virus ébola, chikungunya y zika. De hecho, el vallisoletano es pionero en el campo de la vacunas al desarrollar procedimientos de inmunización combinada de vectores (prime/booster) que aumentan la respuesta inmune celular y confieren protección frente a distintos patógenos. A este respecto, los protocolos de vacunación desarrollados por Esteban están siendo experimentados en ensayos clínicos de fase I/II contra patógenos y cáncer.
Asimismo, la participación de su equipo investigador en el programa EuroVac de desarrollo de una vacuna europea contra el SIDA se materializó en la consecución de dos vacunas contra el VIH, subtipos B y C, que se han ensayado en Europa y Estados Unidos. Posteriormente inició el desarrollo de nuevas vacunas contra hepatitis C, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, y el cáncer de próstata. Sus contribuciones científicas sobre el modo de acción de los interferones han sido pioneras, potenciando el interés clínico de estos fármacos como agentes antivirales y antitumorales. De hecho, los estudios desarrollados en su laboratorio han demostrado el papel de varios de los genes inducidos por los interferones como reguladores de la muerte celular programada (apoptosis), lo que puede servir para establecer pautas terapéuticas más eficaces en el uso de los interferones en pacientes con tumores y en terapia génica.
Todas estas contribuciones científicas han dado lugar a más de 375 trabajos publicados en revistas científicas internacionales y más de 350 comunicaciones en congresos nacionales e internacionales. En el año 2005 obtuvo un acuerdo de colaboración con la Fundación Marcelino Botín para el desarrollo de nuevas vacunas contra enfermedades prevalentes. Su proyecto de poxvirus recombinantes como vacunas contra el VIH/SIDA fue seleccionado por la Fundación Bill y Melinda Gates. Participa en la Red de Sida y en dos proyectos europeos Horizonte 2020.
Mariano Esteban ha dirigido 35 tesis doctorales, es autor de más de 22.000 contribuciones en revistas con índice de impacto (cuenta con un índice «h» de 81) y es miembro de las asociaciones científicas más prestigiosas de su especialidad: American Society of Microbiology; American Society of Virology; British Society of Microbiology; Spanish Society of Microbiology; Harvey Society; The Society of Sigma Xi; New York Academy of Sciences; y American Association for the Advancement of Science, entre otras.
Académico de número de la Real Academia Nacional de Farmacia y profesor honorífico de la Universidad Autónoma de Madrid, es miembro editorial y evaluador de artículos de revistas prestigiosas y de proyectos nacionales e internacionales. Ha participado -y participa- en varios Comités Europeos: miembro del Comité Europeo contra el SIDA (1994 a 1997); miembro de la iniciativa COST /STD para el programa europeo de vacuna antivariólica (1994-1997); miembro de la acción concertada europea contra la malaria (1996-1998); miembro del grupo externo de expertos de la Comision Europea (EAG) clave 2: control de enfermedades infecciosas, en el quinto programa marco (1998-2002); miembro del comité de expertos OMS de investigación sobre el virus variola desde 1998; miembro del grupo de consejeros expertos (SAGE) en vacunas y productos biológico de la OMS (2003-2007); miembro del grupo de consejeros de la Fundación Científica de Irlanda desde 2000; miembro de la Fundación Europea de Ciencias; miembro del grupo para investigación de infraestructuras en Ciencias Biomédicas de la Fundación Científica Europea desde 2003, miembro de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), de Grandes Instalaciones Científicas (2003-2013) y miembro del Comité Científico Asesor del CSIC desde 2013. Desde 2020 es miembro del Grupo de Trabajo Multidisciplinar del Ministerio de Ciencia e Innovación para asesoramiento sobre COVID-19.
Entre las numerosas distinciones recibidas destacan el premio del Consejo de Salud de Nueva York, el premio de la Universidad del Estado de Nueva York, Farmacéutico del Año, premio IBERDROLA de Ciencia para Profesores visitantes, y premio de la Sociedad Española de Virología. Premio Medalla de Oro Carracido de la Real Academia Nacional de Farmacia, Premio medalla de plata al Mérito en Investigación y Enseñanza Universitaria otorgado por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España en 2020. En 2022, su localidad natal, Villalón de Campos, le nombró Hijo Predilecto.
Ha sido fundador y presidente de la primera asociación de profesionales españoles en el extranjero, Asociación de Licenciados y Doctores Españoles en Estados Unidos (ALDEEU), habiendo recibido en 2012 el máximo galardón, medallón de oro ALDEEU. Asimismo, es fundador y miembro de la Fundación Europea contra el Sida (EuroVacc). Ha sido Presidente de la Real Academia Nacional de Farmacia (2013-2019) y del Instituto de España (2017-2018) que integra a las 10 Reales Academias.
Mariano Haro Cisneros [1940]
Mariano Haro Cisneros ha sido el primer gran atleta español con auténtica proyección internacional y el detonante para que creciese la afición a este deporte en nuestro país. Aunque nació en Valladolid el 27 de mayo de 1940, tenía apenas seis meses cuando se trasladó con su familia a la localidad palentina de Becerril de Campos, donde su padre trabajó en la construcción de tinas de vino. De ahí que se le considere natural de ese pueblo palentino y que durante su etapa como atleta de alto nivel se le denominase «el León de Becerril».
Comenzó sus estudios en el colegio de las Monjas Angelinas y en la Escuela Nacional. Sin embargo, con trece años y seis hermanos ya en la familia, los abandonó definitivamente para ponerse a trabajar como albañil junto a su padre en la Azucarera de Monzón. Como dato anecdótico, pero significativo, cabe reseñar que el joven Mariano cubría en bicicleta, a diario, los 15 kilómetros que separaban su casa del trabajo.
Gran dominador en las carreras de campo a través, precisamente su primera competición de importancia fue el cross del Frente de Juventudes del día de San José de 1959, donde, siendo prácticamente un desconocido, sorprendió a propios y extraños situándose en cabeza en la segunda vuelta y ganando la carrera. Diez días después se hacía con el Trofeo Pascual disputado en el Campo de la Juventud, esta vez sobre 1.500 metros, y un mes más tarde lograba su primera victoria en los 3.000 metros lisos. Era sin duda el comienzo de una brillante carrera atlética, de lo cual se percató enseguida Gerardo Cisneros, principal descubridor del «León de Becerril». Ya entonces se había trasladado con su familia a la capital palentina y seguía trabajando en la Azucarera llevando una carretilla con sacos. Posteriormente obtendría el puesto de ordenanza en la Delegación provincial de Sindicatos.
Obtuvo la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo Júnior de cross de 1961, en los Juegos Iberoamericanos de 1962 y en el Cross de las Naciones de 1963, disputado en el hipódromo de Lasarte de San Sebastián. Fue asimismo subcampeón del mundo individual de campo a través en 1972 (Reino Unido), 1973 (Warengem, Bélgica), 1974 (Monza, Italia) y 1975 (Rabat, Marruecos), campeón de Europa de esta misma especialidad por equipos en 1975 y 1976, campeón de la Copa de Europa de Naciones en 10.000 metros en 1965 y 1970, medalla de plata en los Juegos del Mediterráneo de Esmirna 1971 y Argel 1974, y de bronce en Túnez 1967.
Como pionero de las grandes gestas del atletismo de fondo nacional, Haro posee un palmarés envidiable, que sin duda pudo haber sido mejor de haber contado con una mayor velocidad en los metros finales. Fue semifinalista olímpico en los Juegos de México 68, en la prueba de 3.000 metros obstáculos, y Diploma Olímpico en los Juegos de Múnich 72 (quedó cuarto en 10.000 metros, donde estableció el récord de España, vigente hasta 1983) y en los de Montreal 76 (sexto en 10.000 metros).
Su reinado en España en campo a través llegó a ser incontestable, obteniendo el campeonato individual absoluto en 11 ocasiones (1962, 1963, 1968, 1969, 1971, 1972, 1973, 1974, 1975, 1976 y 1977). Lo mismo cabría decir en especialidades de fondo como los 5.000 y los 10.000 metros: Mariano Haro se hizo con el campeonato de España individual absoluto de 10.000 metros en 9 ocasiones (1962, 1964, 1965, 1969, 1970, 1971, 1973, 1974 y 1975), y con el de 5.000 en 5 (1962, 1964, 1965, 1969 y 1970). También fue campeón de España en los 3.000 metros obstáculos en 1967.
Batió cinco récords nacionales en los 10.000 metros, uno en 5.000 y dos en 3.000 metros, así como en los 20 kilómetros ruta y en la prueba de la Hora, récords, estos dos últimos, que aún mantiene. En 1977 obtuvo asimismo un récord singular: el de la plaza de toros de Tolosa, a cuyo ruedo dio 100 vueltas hasta completar los 10 kilómetros, superando a tres relevistas. 62 veces internacional absoluto, Mariano Haro se retiró en el año 1978, tras acabar tercero en los Campeonatos de España de cross celebrados en Alsasua. Su carrera atlética la comenzó en los clubes Atlético de Palencia (el club de fútbol, donde estuvo dos años) y San Miguel (un año), y la desarrolló hasta el final en el club Educación y Descanso Palencia. Durante la mayor parte de su trayectoria deportiva estuvo a las órdenes del citado Gerardo Cisneros, salvo una breve etapa en la que pasó a entrenar con Gregorio Rojo. En 2003 recibió la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo.
Después de colgar las zapatillas montó una empresa de ropa deportiva en Becerril de Campos que mantuvo hasta su jubilación, en 2002. Fue además alcalde de dicha localidad entre 1979 y 2003. Llevan su nombre el Polideportivo Municipal de Becerril de Campos y el Pabellón Deportivo del barrio del Cristo del Otero de la capital palentina, pero también varias calles de nuestro país: en Alhama de Murcia (Murcia), Madridejos (Toledo), Priego de Córdoba (Córdoba), Rute (Córdoba), Guillena (Sevilla) y Roquetas de Mar (Almería).
José Luis Alonso Coomonte [1932]
Escultor, diseñador y rejero nacido en Benavente en 1932, José Luis Alonso Coomonte heredó de sus padres la afición por la creación artística. Su padre, en efecto, era ebanista con taller propio, y su madre le transmitió desde pequeño la sensibilidad por el arte. Su destreza en algunas tallas infantiles explica que, con apenas 11 años, su padre le regalara el primer juego de gubias.
Entre 1950 y 1954 cursó estudios de escultura y profesorado en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde recibió la influencia de maestros de la talla de Laviada, Capa, Hermoso y Enrique Pérez Comendador. Su buen desempeño en la Escuela le procuró una beca para ampliar estudios de escultura en Coca (Segovia), al tiempo que recibía los primeros encargos de imaginería religiosa. Especial impacto en su carrera tuvo el viaje de fin de curso a París, donde recibió la influencia de artistas como Rodin, Maillol, Zadkine, Tinguely y Calder.
Tras unos años difíciles en Madrid, en los que hubo de subsistir realizando obras de todo tipo, en 1958 regresó a su Benavente natal y compaginó la creación en su estudio y taller de forja con la enseñanza en el Colegio Virgen de la Vega. Hasta 1961 realizó diversas obras para Zamora, Madrid y León. Su primera exposición la inauguró en 1959 en el Museo Provincial de Zamora.
Al año siguiente, gracias a Jesús Núñez y Luis González Robles, Alonso Coomonte fue seleccionado para representar a España en la II Bienal de Arte Sacro de Salzburgo, donde obtuvo la Medalla de Oro de Escultura con su obra Ostensorio, que más adelante sería adquirida por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Ostensorio fue un éxito decisivo en su carrera, pues le proporcionó enorme popularidad y no pocos encargos, pero también supuso un cambio de paradigma en la concepción del arte sacro español de aquel momento, tanto por el uso de materiales como por la renovadora concepción del mismo. Este éxito le proyectó internacionalmente y, gracias a él, en 1961 dio un nuevo salto en su carrera al resultar seleccionado para la exposición celebrada en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas; ese mismo año también participó en la II Bienal de París.
En 1962, convencido por el padre dominico José Manuel Aguilar Otermín, fundador del Movimiento Arte Sacro y de la Revista ARA (Arte Religioso Actual), regresó a Madrid y dirigió la Galería de Arte Sacro ‘Templo y Altar’. Impartió clases de dibujo en el Instituto Laboral de Atocha y, junto al maestro vidriero Carlos Muñoz de Pablos y al pintor Francisco ‘Kiko’ Argüello, creó el llamado «Gremio 62», cuyo objetivo consistía en defender lo artesanal y renovar el arte sacro adaptándolo a los nuevos tiempos, muy influidos en lo eclesial y lo cultural por el Concilio Vaticano II. Precisamente con «Gremio 62» expuso en la Galería Nouvelles Images, de La Haya, y en la Biblioteca Nacional bajo el patrocinio de la Dirección General de Bellas Artes. Por mediación del citado Aguilar Otermín, los tres miembros de «Gremio 62» recibieron diversos encargos para iglesias parroquiales y conventuales.
Su trayectoria artística, absolutamente dedicada a las Artes Plásticas (escultura, rejería y dibujo), continuó en los ámbitos nacional e internacional con numerosas exposiciones que terminaron por consagrarle en los más diversos campos de la escultura, notablemente en la escultura aplicada. Comenzó entonces su recorrido internacional con exposiciones en París, Nueva York y México, al tiempo que realizaba la reja de la iglesia de los Sagrados Corazones de Madrid. De hecho, todavía en los años 60 obtuvo una beca de la Fundación Juan March para ampliar estudios sobre rejería.
A partir de mediados de esa década su obra adquiere una notable personalidad, al compaginarla con el diseño y hermanarla con la arquitectura. El benaventano despliega entonces una ingente lista de creaciones en colecciones particulares, edificios religiosos y civiles, en sucursales bancarias, etc. En Madrid, por ejemplo, realiza obras en la capilla del Cementerio del Pardo, en la Sinagoga Hebrea y en diversas iglesias de la provincia.
Sus trabajos de rejería son conocidos mundialmente, y ha colaborado con prestigiosos arquitectos en obras en diversos países, como Marruecos, Francia, Holanda, Filipinas, Portugal, México e Italia. En nuestro país, por supuesto en Castilla y León, ha realizado una intensa actividad escultórica, de rejería, cruces procesionales y pasos de Semana Santa. Zamora capital y diversas localidades de la provincia (Navianos de Valverde, Benavente, Toro, Alcañices, etc.) cuentan asimismo con numerosas obras de Coomonte, lo mismo que Ávila, Burgos Segovia, Soria, León, Salamanca, Ponferrada, Astorga, Zaragoza, Tenerife, Mirasierra y Moratalaz.
Algunos hitos importantes en su carrera artística han sido la organización, en 1986, de la Bienal de Escultura Ibérica, en Zamora, de la que fue comisario; la Exposición retrospectiva Fundación Rei Afonso Henriques, Zamora y Oporto, en 2000; la exposición en la Galería Centro de Arte de León en 2001, “Deshibridaciones” en la Universidad de Salamanca, 2005, y actualmente “Coomonte, reto y materia” en el Museo Etnogáfico de Castilla y León en Zamora, las obras Gran Lazo, Alegoría de Benavente y los Valles, Mosaico de la Veguilla y Agrupamiento Meteórico en Benavente (Zamora) entre 2002 y 2004; y, a partir de 2005 y hasta la actualidad, sus obras en el Edificio Fonseca y el Simposio Internacional de Arte Guarda, en Portugal. Además, muchas de sus obras más relevantes –y también algunas inéditas- pueden contemplarse desde 1982 en su taller-estudio de San Marcial (Zamora).
Su obra, abundante e inclasificable, responde a una inquietud personal muy arraigada, pero también a una intensa y constante dedicación, transida en todo momento por la voluntad de renovación, el dominio del oficio y de la técnica, y caracterizada por la integración de materiales diversos, entre los que domina el hierro forjado. Entre los temas dominantes destaca, desde luego, la cruz.
Pero Alonso Coomonte también ha compaginado la creación artística con la docencia. Así, después de doctorarse ejerció como profesor en la Escuela de Artes y Oficios y, desde 1987, como profesor asociado en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca, donde además formó parte de la plantilla de docentes de la Universidad de la Experiencia. Ha impartido varios cursos para la Fundación Capa, así como charlas, talleres infantiles y conferencias en numerosas instituciones.
ADRI y AMGu
Ambas entidades representan una parte esencial del tejido social de Castilla y León, pues ayudan a poner en valor y visibilizar el mundo rural de nuestra Comunidad Autónoma, contribuyendo de manera indirecta a combatir la despoblación y preservar, por tanto, la vida de nuestros pueblos. La Asociación para el Desarrollo Rural Integral de la Ribera del Duero Burgalesa (ADRI Ribera) es una entidad sin ánimo de lucro creada en 1996 cuyos objetivos son el servir de núcleo de convergencia y representación de todos los particulares, entidades y agentes interesados en el desarrollo integral de la comarca. Asimismo, ADRI Ribera contribuye a impulsar el desarrollo endógeno y sostenible a través de la economía, persiguiendo el mantenimiento de la población en el medio rural, frenando la regresión demográfica e incrementando las rentas y el bienestar social de sus habitantes, asegurando también la conservación del espacio y de los recursos naturales.
Dichos objetivos los desarrolla mediante un intenso trabajo sobre el terreno que tiene como base sustantiva el voluntariado, destacando a este respecto la participación del colectivo juvenil y de los mayores de la zona. Así lo demuestra su programa «Ribera Voluntariis», creado en 2017 para dinamizar los pueblos de la comarca mediante actividades que resaltan su historia, su cultura y su patrimonio, pero también los valores y tradiciones propios del mundo rural. Dentro de dicho programa de voluntariado se enmarca el proyecto «¿Te enseño mi pueblo?», concebido como un medio para procurar la consolidación y desarrollo de los principios que constituyen la esencia de los valores humanos y sociales en Castilla y León e impulsar la actividad económica generadora de riqueza y empleo a través de la puesta en valor del patrimonio material e inmaterial.
La pieza fundamental de dicho proyecto, que en estos tres años ha dado muestras de gran efectividad, es la participación de los propios vecinos de la Ribera burgalesa, jóvenes y mayores, pero también la solidaridad entre los habitantes de las localidades implicadas. Por poner algún ejemplo concreto, «¿Te enseño mi pueblo?» ha conseguido promover la participación ciudadana de Tubilla del Lago creando una ruta de murales pintados por sus vecinos y que, a día de hoy, sobrepasa el número de 40 piezas de grandes dimensiones. El proyecto ha recuperado 219 elementos del patrimonio material e inmaterial, ha logrado implicar a una veintena de pueblos de la zona y ha promovido la llegada de numerosos colectivos de procedencia geográfica distinta (de 240 visitantes en 2018 se pasó, en solo dos años, a 2.046), entre ellos algunos que forman parte de grupos de exclusión social.
La actividad de ADRI está suponiendo, por tanto, un incentivo turístico de vital importancia para la zona, pero también un beneficio directo a la actividad económica, una manera de recuperar y poner en valor la riqueza patrimonial, y un medio idóneo para fomentar el voluntariado y la solidaridad ente los vecinos. Así lo demuestran reconocimientos como el Premio Fundos 2019 al mejor proyecto innovador privado, el primer Premio Fuentes Claras 2019 en la categoría de entidades y entidades sin ánimo de lucro, y el Premio Renacimiento 2019 al voluntariado que integra el programa «Ribera Voluntariis» por su contribución altruista y responsable al registro del patrimonio material e inmaterial de sus pueblos. Además, desde A.D.R.I. se han publicado en los últimos años numerosas guías que sirven de complemento informativo también para los voluntarios y visitantes.
También el fin primordial de la Agrupación Musical de Guardo (AMGu), entidad sin ánimo de lucro creada en 1989, es contribuir al desarrollo socio-cultural, educativo, artístico y económico del mundo rural, concretamente de esa comarca palentina. Nacida de la demanda de la sociedad en un entorno con escasos recursos, AMGu utiliza la cultura y sus distintas manifestaciones como vehículo conductor, organizando actividades de temática muy diversas dirigidas a toda la población y colectivos para, de esta manera, conseguir calar en las personas y ponderar aquellos aspectos positivos de la sociedad castellana y leonesa.
Para ello, AMGu estructura su actividad en dos grandes bloques. En primer lugar, gestiona un Centro Educativo de enseñanzas artísticas denominado Escuela de Música, Danza, Teatro y Artes Plásticas de Guardo, único centro por sus características en Castilla y León, que cuenta con más de 500 alumnos matriculados llegados de toda la comarca y posee 13 agrupaciones artísticas de toda índole y de gran trayectoria, que enriquecen el tejido social de la comarca y abanderan el nombre de la comarca por todo el mundo. Aquí se encuadraría también la Banda de Música de Guardo, una agrupación casi centenaria, que es, sin duda, el germen y la seña de identidad de la agrupación.
En segundo lugar, AMGu ha logrado recuperar el cine y la radio comarcal, es sede de proyectos de artistas internacionales, y además programa anualmente más de 150 propuestas culturales para todo tipo de colectivos, como festivales internacionales de música, danza, teatro, exposiciones, desfiles, pasacalles, encuentros, intercambios, música para bebés y otros colectivos sociales, que facilitan el acceso a la cultura y la igualdad de oportunidades a toda una zona alejada de los grandes núcleos de población, posicionando a su vez a la comarca como un referente cultural-turístico y contribuyendo, por tanto, al desarrollo sociocultural de sus habitantes. Dentro de este apartado destaca el programa «Convivel-ARTE», un ciclo dirigido a la población escolar y pensado para disfrutar del arte generando a su vez convivencias con otros centros escolares. Para toda esta labor, AMGu cuenta con la colaboración de los Ayuntamientos de Guardo y Velilla del Río Carrión, además de la Diputación Provincial de Palencia y la Junta de Castilla y León, sin olvidar la colaboración de otro tipo de entidades y colectivos privados.
Asimismo, AMGu gestiona la Escuela Municipal de Velilla del Río Carrión, pueblo vecino de Guardo, que cuenta con más de 50 alumnos. A todo lo dicho hay que sumar el fomento del ocio saludable mediante la integración en sus actividades de diversos colectivos desfavorecidos, con los que utiliza la cultura corno herramienta terapéutica e integradora (enfermos de alzhéimer, discapacitados psíquicos, colectivos de etnia gitana, violencia de género, asociaciones de mujeres, Centro de Día para personas mayores, Centro Socio Sanitario, etc..), sin olvidar aquellos proyectos singulares dedicados a sectores concretos, como el programa de estimulación temprana «Música para Bebés», pionero a nivel nacional y con gran aceptación entre los usuarios.
Toda esta actividad le ha procurado a AMGu reconocimientos como la Presidencia de Honor de S. M. la Reina Doña Sofía en 2018, la Condecoración Civil de la Orden ‘Alfonso X El Sabio' otorgada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de la mano del Ministro de Cultura y de S. M. el Rey de España en 2016, y otros galardones y premios como los otorgados por la Fundación Atresmedia, Ateneo de Palencia, Sociedad Lírica Musical, Rotary Internacional, INAEM y Televisión Española.