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José Antonio Cabezas Fernández del Campo [1929]
Destacado investigador en estudios moleculares sobre el envejecimiento, José Antonio Cabezas nació en la localidad salmantina de Ledesma, el 8 de junio de 1929.Cursó el Bachillerato (1939-1946) en el Instituto de Salamanca y el primer año de Químicas, común con Farmacia, en la Facultad de Ciencias de la Universidad salmantina, concluyendo Farmacia en la Universidad Complutense Madrid en 1952. Ya el último año lo pasó vinculado al trabajo experimental de la Cátedra de Bioquímica, bajo la dirección del profesor A. Santos Ruiz, su principal maestro.
Al mismo tiempo que iniciaba la tesis doctoral obtuvo, en 1952, el número 1 de las oposiciones al Cuerpo de Farmacia Militar, lo que le llevó a ser promovido a Teniente (1953). Tres años y medio después ascendía a Capitán Farmacéutico. Más adelante, en 1964, pasaba a la situación de Supernumerario con objeto de dedicarse íntegramente a la docencia y a la investigación, labor que finalmente le llevó a la condición de Capitán Retirado.
Becario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desde 1953, en 1956 entró como Ayudante de Investigación. Durante el año 1955, una beca otorgada por el Ministerio de Educación le posibilitó ampliar su formación en el Laboratoire de Chimie Pathologique del Hospital Broussais, con los profesores M. Leclerc y J. E. Courtois. Doctor en Farmacia en 1956, otra beca, esta vez del Gobierno italiano, le llevó al Centro per la Polarographia de la Universidad de Padua, con el Profesor G. Semerano. Dos años después obtenía por oposición la plaza de Profesor Adjunto en la Facultad madrileña, y el Ministerio de Educación español le otorgaba una nueva ayuda para pasar el verano en la Westminster Medical School de la Universidad de Londres. Ese mismo año de 1958 obtenía el título de Técnico Bromatólogo por la Universidad de Madrid; más tarde conseguirá el de Especialista en Bioquímica Clínica.
En 1959 ya desempeñaba la jefatura de la Agregación de Bioquímica del CSIC en Santiago de Compostela, a la vez que dirigía la recién conseguida Cátedra de la Facultad de Farmacia. Tras otras estancias en París, Colonia y Pensilvania, donde compartió magisterio con investigadores como E. Klenk, codescubridor de los ácidos siálicos, H. Faillard y L. Warren, en 1969 ocupó la recién creada Cátedra de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca. En este centro ha investigado y enseñado hasta su jubilación, en 1999, además de haber participado en la creación de la Facultad de Farmacia, y desempeñado el cargo de vicerrector de Investigación entre 1984 y 1986. Incluso el Comité Nobel para la rama Química le solicitó, en 1982, el nombre de candidatos al Premio.
Su investigación, por la que ha recibido numerosos premios, se ha centrado en ácidos siálicos, glicoproteínas, gangliósidos, glicosidasas, membranas celulares, Bioquímica Comparada, virus de la gripe y de la enfermedad de Newcastle, lectinas y envejecimiento. Y ha dado como fruto más de 200 artículos y la mención favorablemente en unos 25 libros.
Asimismo, 13 referencias-tipo de la Nomenclatura Oficial de Enzimas (1992), relativas a 12 glicosidasas, son de publicaciones que ha dirigido Departamento de José Antonio Cabezas. Miembro fundador de cuatro Sociedades Bioquímicas: una española (Sociedad Española de Bioquímica) y tres internacionales (como, por ejemplo, la European Study Group on Lysosomal Diseases), ha pertenecido a otras diez (Societé de Chimie Biologique de Francia, European Society for Comparative Biochemistry and Physicology, New York; Academy of Sciences, International Association of Biomedical Gerontology, etc.).
Catedrático emérito desde el año 2000, su afición a campos humanísticos, especialmente al Arte y a la Historia, le ha llevado a publicar monografías sobre personajes históricos de los siglos XVII al XIX emparentados como, por ejemplo, D. Pedro Fernández del Campo, negociador de la Paz de Westfalia (1998), o la dedicada a D. José Cafranga, ministro de Fernando VII que realizó la transición aperturista a favor de la que sería Isabel II (1997).
Es Caballero de las Palmes Academiques, título concedido por el Gobierno francés en 1974, Académico correspondiente (1968-1989) y, desde 1989, de Número de la Real Academia Nacional de Farmacia, Expert Scientifique Européen en gliconjugados a propuesta del INSERM francés (1987), colaborador en las investigaciones sobre la gripe con el Instituto Pasteur de París (1979-1999), Académico de la Académie Nationale de Pharmacie desde 1984, y de la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba (Argentina, 1982).
Luis Sáez Díez [1925-2010]
Burgalés nacido en Mazuelo de Muñó en octubre de 1925, Luis Sáez Díez se entusiasmó con la pintura desde niño, cuando con su familia se trasladó a la calle de Santa Clara de la capital burgalesa. Allí recibió las influencias, entre otros, del escultor Julio Saiz Quintanilla, que vivía en el mismo edificio.
Asistió a la Academia Provincial de Dibujo después de trabajar una temporada como botones en el Casino. Apadrinado por el célebre pintor Marceliano Santamaría, obtuvo una beca para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde entre 1946 y 1952 recibió clases de Daniel Vázquez y Joaquín Valverde, y realizó un provechoso viaje de prácticas a París. Ya en los años 40 había ganado, junto al también burgalés Jesús del Olmo, el premio de carteles promovido por el Ayuntamiento para celebrar las fiestas de San Pedro y San Pablo.
Sus primeras exposiciones fueron muy bien recibidas por la crítica especializada. La primera, en la Sala de Arte del Teatro Provincial burgalés en 1951; al año siguiente en el club de tenis de Oviedo, y en 1954 en la Sala de Arte de Bilbao y Vitoria. En 1958, una estancia en Frankfurt explica su paso del muralismo al informalismo, y cuatro años más tarde, la Fundación March le concede una beca para investigar en las cuevas paleolíticas de Ojo Guareña. Según los máximos conocedores de su obra, ésta trascurre entre el cubismo inicial, el uso de una gama amplia de grises para moldear texturas muy expresivas y el diseño, rico en matices, de un formas humanas y artilugios inservibles y, en algunos casos, absurdos, que coexisten con racional simetría.
De entre su producción suelen destacarse, por su decisiva impronta artística, Cerezo (1957), que muestra un notable incremento del protagonismo del color en la organización de las formas; Paisaje castellano visto como naturaleza muerta (1960), donde el informalismo adquiere una gran intensidad y personalidad; y, por supuesto, la obra realizada en los años 80, que muestra un interesante incremento numérico de las formas, las cuales se van transformando, poco a poco, en icónicas.
Es autor de numerosas exposiciones individuales (Burgos, Gijón, Oviedo, Melilla, Madrid, Barcelona, Frankfurt, Munich, Caracas, Tokio, etc.) y de más de 70 colectivas, entre las que destacan "Four artist from Spain" (California, 1960), "Salones de mayo" (1959, 1960, 1961), "Spanische Kunst der Gegenwart" (Nurenberg, 1968), "Pintura española contemporánea" (Lisboa, 1978) y "Artistas burgaleses" (Burgos, 1980).
Su obra figura en el Museo Español de Arte Abstracto de Cuenca, Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, Museo Español de Arte Reina Sofía, Museo de Arte Moderno de Barcelona, Museo de Arte Moderno de Bilbao y otros como los de Zamora, Toledo, Castellón y Burgos. En Burgos fue además co-propietario de la Galería-Librería Mainel. Ha sido Premio Nacional de Dibujo Pancho Cossío (1973), Gran Premio de Pintura de la Bienal de Marbella (1973), Gran Premio de Pintura Ciudad de Burgos (1980) y Premio de Pintura Bienal de Valparaíso (1980).
En el año 2000 tuvo lugar en Burgos la exposición «Luis Sáez Retrospectiva 1956-1999», que recogía una panorámica amplia de su obra, seleccionada en esa ocasión por el pintor, también burgalés, Rufo Criado.
Fallecido en Burgos el 18 de mayo de 2010, un año antes había llevado a cabo su última exposición individual en el Museo de esa misma ciudad. A título póstumo, la Diputación Provincial le concedió en 2011 la Medalla de Oro de la Provincia.
Rosa Chacel [1898-1994]
Considerada la gran maestra española de la literatura íntima, la vida de la vallisoletana Rosa Chacel es en sí misma una novela. Se llamaba en realidad Rosa Clotilde Cecilia María del Carmen Arimón, y nació en la calle vallisoletana de Teresa Gil, el 3 de junio de 1898. Hija de Francisco Chacel, barbero con vocación literaria, desde muy pequeña recibe en su familia el gusto por leer y escribir. Su madre, Rosa-Cruz Arimón, era maestra, y con tres años ya la había iniciado en sus primeras letras.
Tras unos brevísimos estudios en el colegio de las Carmelitas (septiembre-diciembre de 1904), en el otoño de 1906 ingresó, extraoficialmente, en la Academia de Arte vallisoletana. Ya por entonces lee a Víctor Hugo, Walter Scott, Alejandro Dumas y, sobre todo, a Julio Verne.
En 1908, la familia se traslada a Madrid y se instala en la casa de la abuela materna en el barrio de Maravillas, localización de sus mejores novelas. Dos años más tarde era matriculada en la Escuela de Artes y Oficios, donde recibió las enseñanzas de Fernanda Francés. En 1911, el traslado de ésta a la Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer impulsó la matriculación de Rosa Chacel, entusiasmada con las clases de Antropología Artística de José Parada.
Con objeto de estudiar escultura, en 1915 ingresa en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde conoce a Valle-Inclán, y al año siguiente entra en contacto con el pintor Timoteo Pérez Rubio, con quien contrae matrimonio en 1921. Tres años antes había abandonado la Academia. Es en Madrid donde Rosa Chacel contacta con el mundo de la vanguardia literaria.
En 1922 publica en La Esfera, su primer escrito, «El amigo de voz oportuna»; entonces su marido consigue una beca en la Academia de España en Roma y desde ese año hasta 1927 reside en la ciudad italiana. Allí conoce las vanguardias y escribe su primera novela, la famosa Estación. Ida y vuelta, publicada en 1930 (su primer capítulo fue adelantado, en 1927, en Revista de Occidente merced a José Ortega y Gasset, a quien ella consideraba su maestro). A su regreso a España, en 1927, colabora en revistas, da a luz a su hijo Carlos, escribe la biografía novelada Teresa (1936) y el libro de poemas A la orilla de un pozo. Traba amistad con los integrantes de la generación del 27 y es asidua de las reuniones y las tertulias literarias que se celebran en el Ateneo de Madrid y en la Residencia de Estudiantes.
Con la llegada de la Segunda República, en abril de 1931, Timoteo Pérez es nombrado subdirector del Museo de Arte Contemporáneo. Pero ella, inmersa en una profunda crisis a raíz de la muerte de su madre, se desplaza a Berlín (1933). Comprometida con el gobierno del Frente Popular, en plena contienda pasó de Barcelona a Valencia, hasta que en 1937 partió con su hijo hacia París, donde permaneció hasta el otoño de 1938. Entretanto, su esposo seguía en España al frente de la Junta de Defensa del Tesoro Artístico Nacional.
Una vez finalizada la contienda, la pareja Pérez-Chacel se encuentra en Ginebra y enseguida, previa estancia en París, parte hacia Sudamérica. Por fin, gracias a la ayuda dispensada por la dama de Azcona, el matrimonio fija su residencia en Río de Janeiro. Pero Rosa Chacel viaja constantemente a Buenos Aires, donde estudia su hijo. Escribe entonces Memorias de Leticia Valle (1945), Sobre el piélago (1952), La Sinrazón (1960) y Ofrenda a una virgen loca (1961). Además, en 1959 se desplaza a Nueva York con una beca de la Fundación Guggenheim, estancia de la que nacerán más tarde sus libros La confesión (1971) y Saturnal (1972).
En 1974, gracias a una beca otorgada por la Fundación Juan March para terminar Barrio de Maravillas, regresó definitivamente a España. Al año siguiente se instaló en Madrid. También publicó Desde el amanecer (1972), la famosay citada Barrio de Maravillas (1976) Novelas antes de tiempo (1980), el diario personal Alcancía. Ida-Alcancía. Vuelta (1982), Ciencias Naturales (1988) y el volumen póstumo Estación Termini (1998). Murió en Madrid, en julio de 1994.
En 1976 obtuvo el Premio de la Crítica por Barrio de Maravillas; luego vendría el Nacional de las Letras Españolas (1987), para el que ni siquiera sabía que estaba nominada, y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1993. En 1989 fue investida Doctora Honoris Causa por la Universidad de Valladolid, ciudad de la que también era Hija Predilecta. A pesar de haber sido candidata varias veces, nunca consiguió el Premio Cervantes ni un sillón en la Academia de la Lengua, algo por lo que siempre se sintió dolida.
Federico Sopeña Ibáñez [1917-1991]
Fue el Padre Sopeña un crítico musical de enorme relevancia en España. Director del Museo del Prado, sacerdote de vocaciones tardías y hombre intelectualmente comprometido con su tiempo. Nació en Valladolid el 25 de enero de 1917, pero al año siguiente su familia se trasladó a Bilbao, ciudad donde recibió clases de piano mientras cursaba estudios primarios en el colegio de Santiago Apóstol. En 1927, su familia decidió trasladarse definitivamente a Madrid, donde Sopeña cursó estudios de bachillerato y música y, seis años más tarde, inició los de Derecho en la Universidad Central. En 1934, inmerso en una profunda crisis de fe, siguió por mero gusto algunos cursos de la Facultad de Letras, donde conoció a intelectuales de la talla de Ortega y Gasset y García Morente
Pasó la guerra en el frente republicano, según su propio testimonio «escondido al principio, protegido luego» y rodeado de «hombres de buena fe, callado heroísmo… hasta de religión se podía hablar con ellos». Llegó a ser incorporado al ejército republicano y estuvo en los frentes de Teruel y Extremadura. Al finalizar la guerra se incorporó a la Universidad Central para continuar los estudios, y prodigó la crítica musical en el diario "Arriba" (1940-1943) y en la revista "Escorial". En 1940 fue nombrado secretario de la Comisaría General de la Música del Ministerio de Educación Nacional, donde hasta 1943 trabajó junto a Joaquín Turina y relanzó la Orquesta Nacional. La vocación sacerdotal le llegó tarde, fruto de otra profunda crisis existencial. En 1943 ingresó en el Seminario de Vitoria; más tarde estudiaría Teología en la Universidad Gregoriana de Roma. En 1946 terminó sus estudios eclesiásticos y formó parte del Seminario de Vocaciones Tardías. Siguió estudiando también en la Facultad de Filosofía y Letras.
En Roma fue vicerrector de la iglesia española de Montserrat (1949 y 1951). Como párroco de la iglesia de Santo Tomás de la Ciudad Universitaria madrileña (1953-1977) se vinculó a las posturas más aperturistas del catolicismo de su época, coincidentes con el Concilio Vaticano II.
Entre 1951 y 1956 dirigió el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde durante más de 30 años fue catedrático de Historia y Estética de la Música, al tiempo que desempeñaba el cargo de inspector de los conservatorios españoles. Igualmente, fue director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma (1977-1981), de la Comisaría General de Música del Ministerio de Educación y Ciencia (1971-72) y, una vez establecido en España, del Museo del Prado (1981-83). Junto a Pedro Laín Entralgo y Federico Mayor Zaragoza fundó en París la Academia Europea de Ciencias, Artes y Letras.
Sopeña, que falleció en Madrid el 22 de mayo de 1991, es autor de numerosas obras sobre historia de la música, como Historia de la música española contemporánea (1958), Historia crítica del Conservatorio de Madrid (1970), Manuel de Falla y el mundo de la cultura española (1976), Historia de la música española contemporánea (1976), El nacionalismo y el lied (1979), Picasso y la música (1982), Vida y obra de Falla (1988), y Poetas y novelistas ante la música (1989).
Su biblioteca particular sirvió para la creación, en 1994, de la Biblioteca de la Fundación Marcelino Botín.
FAPAS-HÁBITAT
El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) comenzó a funcionar de manera un tanto espontánea en Asturias, en 1982, a modo de reuniones entre amigos comprometidos con la conservación del Medio Ambiente para proteger la escasa población de buitres que sobrevivía en los Picos de Europa, a punto de ser exterminados a causa de la utilización del veneno y otras circunstancias. Para proporcionarles comida, recogían animales muertos por los pueblos y los trasladaban a la montaña. Pidieron colaboración en revistas como "Quercus" y "Natura", y en apenas una semana obtuvieron 2.000 contestaciones. Entonces nació el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes como asociación.
Presidida por Roberto Hartasánchez, FAPAS persigue la conservación de la fauna ibérica en peligro de extinción, incluyendo también los ecosistemas naturales donde viven. Su sede principal se encuentra en una pequeña aldea del Concejo de Llanes, en Asturias, en las antiguas escuelas de La Pereda, y posee una sede en Gijón y varias casas de campo distribuidas por la montaña para apoyo al trabajo de conservación del oso pardo. Cuenta con cerca de 20.000 colaboradores repartidos por todas las comunidades autónomas, y mueve un volumen aproximado de 40 voluntarios y 15 estudiantes en prácticas provenientes de distintas escuelas de formación profesional.
Junto a la asociación palentina Hábitat, responsable de la recuperación de los humedales de La Nava y Boada, FAPAS ha creado Estaciones de Polinización en la Cordillera Cantábrica y nuevas técnicas de reproducción dirigidas a favorecer la plantación de frutales silvestres que produzcan alimentos para los osos; ha plantado maíz para ellos, recuperado colmenas de abejas silvestres, protegido y cuidado árboles maduros; ha lanzado además el proyecto Canyet de recuperación de la población de buitre leonado en la comarca de L’Alcoiá, el no menos importante Proyecto Lobo, dirigido a la protección de este animal, un plan de reforestación en áreas de montaña para la obtención de frutales para osos pardos cantábricos, realizada en colaboración con AROCA (Asociación de Reforestadores para el Oso Pardo Cantábrico); una campaña de protección de la cigüeña blanca en Oviedo, y el programa de conservación de aves carroñeras, entre otros.
En Castilla y León, además, ha organizado en los últimos años exposiciones sobre especies de la fauna ibérica, ha llevado a cabo campañas contra los cazadores furtivos, charlas divulgativas, actuaciones a favor de diversas especies protegidas, acuerdos con la Junta de Castilla y León para la protección del oso pardo en el norte de Palencia, y con el Ministerio de Medio Ambiente para la recuperación del hábitat del urogallo en el Puerto de Ventana (León).
Su financiación procede de las cuotas de socios y colaboradores, las ayudas y subvenciones convocadas por las administraciones públicas, las ayudas de entidades privadas y las labores de patrocinio, mecenazgo y responsabilidad social de las empresas.
Entre los premios recibidos destacan el Premio Europeo de Conservación de la Naturaleza (1985), el Premio Nacional de Medio Ambiente concedido en 1986 por el Ministerio de Obras Públicas y Medio Ambiente; el Premio Master Popularidad Ecológica (1990), el Premio Abeja de Oro (2000), el Premio José Antonio Valverde de Conservación (2006), el Premio Caja España ‘Estudio sobre polinización en zonas oseras’ (2008), el Premio Nacional de Medio Ambiente 2009 (2009), el Premio Caja España ‘Seguimiento de oso pardo’ (2010), el Premio a la Conservación (GREFA, 2011), y el Premio ‘10 mejores ideas para salvar la naturaleza’ (REDLife, 2011).