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Conoce Castilla y León
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Benito Herreros Fernández [1936-2002]
Nacido en la localidad vallisoletana de Rábano el 3 de noviembre de 1936, Benito Herreros Fernández se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidad de Valladolid en 1961. Al año siguiente obtuvo el título de doctor con una tesis dirigida por Pedro Gómez Bosque, para cuya realización supuso una estancia de cuatro meses en el Charing Cross Hospital de Londres. A partir de ese momento compatibiliza las tareas académicas como Profesor Ayudante con el ejercicio de la Medicina.
En 1966 obtuvo una beca de la Fundación Juan March para realizar una estancia posdoctoral en el Guy’s Hospital de Londres, muy fructífera desde el punto de vista profesional. Allí aprendió las nuevas técnicas de citogenética y realizó un conciencudo trabajo con el profesor Giannelli, con el que no pocas veces debía comunicarse en latín, publicado en la revista "Nature". También publicó entonces en "Annals of Human Genetics".
Regresó a Valladolid en 1968 y cinco años después lograba una plaza de profesor adjunto permanente. Además, junto a Carlos Belmonte llevó a cabo una profunda renovación del Departamento de Fisiología y Bioquímica de la Facultad de Medicina, incorporando a jóvenes investigadores e iniciando una nueva línea de investigación en transporte de membrana, faceta en la que terminaría revelándose como especialista de reconocido prestigio internacional.
En la Universidad vallisoletana fue, hasta 1976, profesor encargado de Cátedra, profesor agregado interino, profesor adjunto numerario y profesor agregado numerario.
Catedrático de Bioquímica de la Facultad de Medicina de Santander en 1976, al año siguiente obtuvo la Cátedra de Bioquímica y Biología Molecular en su ciudad natal. Ejerció el vicedecanato de las Facultades de Medicina de Santander y Valladolid, y en esta última fue decano (1980-1983) y vicerrector de Investigación (1984-1987), puesto desde el que modernizó la gestión investigadora, creó becas propias de la Universidad y puso en marcha el Laboratorio de Técnicas Instrumentales.
Como director, entre 1989 y 1992, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Fisiología de la Universidad vallisoletana impulsó la creación de diferentes grupos de investigación, proceso que culminó con la creación del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), Centro Mixto de Investigación con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, del que fue su primer director (1997-2000).
Autor de más de 60 artículos científicos, consiguió prestigio internacional mediante el estudio de los mecanismos de transducción y energización del transporte activo en la membrana plasmática de las células animales, así como en la caracterización de las bases iónicas del proceso de quimiorrecepción en células tipo I aisladas del cuerpo carotídeo, y los reguladores del pH celular en la hipertensión esencial y su estudio en fibroblastos humanos.
Fallecido en Valladolid el 23 de abril de 2002, fue miembro de la Sociedad Española de Ciencias Fisiológicas, de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, de la Sociedad Española de Educación Médica y de la Comisión Nacional de la Especialidad de Análisis Clínicos. Fue también académico electo de la Real Academia de Medicina de Valladolid y Premio del Consejo Social de su Universidad en 1998. En reconocimiento a su labor docente e investigadora, en 2011 la Universidad de Valladolid puso su nombre al aula de la Facultad de Medicina en la que solía impartir sus clases y al edificio del IBGM.
Cristóbal Gabarrón Betegón [1945]
Pintor de fama internacional, Cristóbal Gabarrón nació el 25 de abril de 1945 en la localidad murciana de Mula, pero desde 1951 se asentó con su familia en Valladolid. Fue de niño cuando empezó a sentir su vocación por la pintura. La Galería Castilla registra en 1964 su primera exposición individual, compuesta por cuadros figurativos influidos principalmente por la naturaleza y el entorno rural de los campos de Castilla, mientras la Macarrón madrileña suponía su estreno en la capital. Luego llegarían las exposiciones en París (Gallerie Arts Perspective y Gallerie René Sublin), Roma, Venecia (Galeria Fianma Vigo), Miami (Karl Pawer Gallery), Málaga, Salamanca, León, Granada, entre otras muchas ciudades
Desde 1968 experimenta con nuevas técnicas y soportes, ilustra libros, levanta instalaciones, realiza esculturas e investiga en el medio cinematográfico. También fomenta los talleres de técnicas artísticas. Se decanta por la abstracción, expone en Europa, en Estados Unidos y buena parte de la geografía española. Pero habrá que esperar a los años 80 para verle triunfar. 1986 asiste al inicio de su fama olímpico-internacional, cuando su obra Our Hope for Peace es adoptada por The World Federation of United Nations Associations (WFUNA) como imagen conmemorativa del Año Internacional de la Paz.
Las celebraciones de 1992 –Juegos Olímpicos de Barcelona y Expo de Sevilla- también aportan un gran realce a su arte: realiza el mural Historia del Olimpismo, ubicado en el estadio de L´Hospitalet, subsede de los juegos, y decora la Expo sevillana con el impactante Encuentro 92. En marzo, la Academia Estadounidense del Deporte le nombró Artista del Deporte del año.
También entonces nace en Valladolid la Fundación que se lleva su nombre, respaldada por la actividad de un Gabarrón que difunde su arte por diferentes escenarios internacionales: en 1993 coloca en el Parlamento Europeo (Bruselas) el grupo escultórico Doce Musas Europeas, en el que representa a cada uno de los entonces países miembros de la Comunidad, mientras la United States Sport Academy (USSA) le comisiona para realizar una obra representativa de los Juegos Olímpicos de Atlanta’96. Era el preludio del famoso Atlanta Star-An Olympic Forest (Un bosque olímpico), 26 esculturas ubicadas en el Anillo Olímpico de la ciudad de Atlanta y que representan a cada una de las ediciones olímpicas desde Grecia 1896.
En 1997, su Mural A Tribute to the Spirit of the Sport, obra dedicada al mítico jugador de béisbol Jackie Robinson, decora la fachada de la sede principal del campus de la United States Sports Academy (USSA) en Daphne, Alabama. Sus obras decoran también varias zonas de Valladolid y otros eventos deportivos desde mediados de los 90.
Además de su proyecto Capilla del Milenio, monumental intervención global (más de 500 metros cuadrados de pintura mural, escultura, mosaico y vidrieras), realizado en Las Salinas de Medina del Campo, o de la obra de gran formato realizada para el Museo del Vino, en Peñafiel, en 2002, la Fundación Cristóbal Gabarrón inauguró un Museo en la zona vallisoletana de Huerta del Rey. Ese mismo año puso en marcha la Fundación Gabarrón Carriage House Center for the Arts, en Nueva York. Asimismo, una obra titulada El espíritu de los Juegos Olímpicos fue escogida por el comité olímpico norteamericano para representar los Juegos de Atenas 2004. Ha celebrado exposiciones en diversas localidades de Estados Unidos (Nueva York y Miami, por ejemplo, dedicadas a El Quijote), en Amsterdam y en Bélgica, y en septiembre de 2014 inició un ambicioso programa para difundir su obra en Asia, con exposciones en Shanghái ('Los silencios de Colón'), en el Dingli Art Museum de la provincia china de Fujian ('Niña que no pudo alcanzar la luna') y en el Museo de Arte Contemporáneo de Chengdu (MOCA), entre otras. En 2015, su monumental instalación 'Enlightened Universe', inaugurada en el Central Park de new York, sirvió para conmemorar el 70 aniversario de la ONU. El artista la recuperó cinco años después para conmemorar en Valladolid el 75 aniversario de la ONU en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Unión Europea y Cooperación y el Centro Regional de Información de las Naciones Unidas en Bruselas. En esta ocasión se trató de una doble exposición: una al aire libre en la Plaza San Pablo, con Universo de Luz, y otra en el Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano: Gabarrón, humanista del color, comisariada por el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid Miguel Ángel Zalama.
Asimismo, en 2016, la ciudad y los museos de Cannes, en el sur de Francia, le dedicaron una gran retrospectiva de escultura, con más de 200 obras en diversos materiales y épocas, con obra inédita de escultura pública y privada, titulada Mille formes à la conquête de l’espace. En 2017, la ciudad de Amsterdam, a través de la Fundación ARTZUID, mostró una selección de 28 obras monumentales situadas en enclaves emblemáticos de la ciudad, como la plaza Museum Plein, entre los museos Van Gogh y Stedelijk hasta la Gershwin Plain. A finales del 2018, el Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra celebró la exposición El color de los derechos humanos, premier mundial de las 30 obras que Gabarrón creó en homenaje al 70 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y que en 2019 viajó al Centre Pompidou Kanal de Bruselas. Finalmente, en 2020 expuso en Burgos Huellas. Complejo de la Evolución Humana.
Ciudades de todo el mundo han acogido la visión de Gabarrón exponiendo sus esculturas monumentales. Prominentes museos e instituciones europeas, americanas y asiáticas han exhibido sus obras en icónicas calles y plazas, y varias ciudades han incorporado de manera permanente y pública a su patrimonio grandes esculturas exteriores. Su obra ha sido de igual modo centro de análisis dentro de retrospectivas como las dedicadas por el Chelsea Art Museum, el IVAM, el Museo de Arte Moderno de Gdansk, en Polonia, o el Museo Nacional de Arte de China en Shanghai, para analizar sus creaciones. En todas ellas, críticos e historiadores de la talla de Donald Kuspit, comisario y profesor de la Universidad de Nueva York, o Kosme de Barañano, comisario y profesor de la Universidad de la Universidad Miguel Hernández de Elche, han realizado cuidadosos análisis y estudios de su trayectoria profesional, recogidos en la abundante bibliografía aparecida durante los últimos años.
Junto al mencionado «Artista del Deporte del Año 1992», Gabarrón ha recibido distinciones como el Premio Nacional de Artes Plásticas Cultura Viva 1990, el Premio Importante 1993 de La Opinión de Murcia, el Premio Norte de Castilla de 1996, el Premio «Piñón de Oro» de la Casa de Valladolid en Madrid en 1997 y, en este mismo año, el premio de Pintura de la II Bienal de Encuentros Mediterráneos de Dubrovnik.
Luis Mateo Díez [1942]
Es uno de los escritores más universales de León, autor de un universo personal que, rozando lo mágico, ha cautivado a millones de lectores. Luis Mateo Díez nació en la localidad leonesa de Villablino el 21 de septiembre de 1942, aunque lleva más de 35 años trabajando y residiendo en Madrid.
En 1954 la familia se trasladó desde Villablino a León, donde su padre había sido nombrado secretario de la Diputación. Estudió con maestros que se habían formado en la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza, y que le inculcaron el placer y el valor de la lectura de los clásicos. Cursó el bachillerato en el colegio leonés Nuestra Señora del Buen Consejo y la carrera de Derecho en las Universidades Madrid y Oviedo, donde la finalizó. En 1969, al poco de terminar sus estudios, ganó por oposición una plaza del Cuerpo de Técnicos de Administración General del Ayuntamiento madrileño.
Funcionario y escritor, más lo segundo que lo primero, desde muy joven se volcó en la escritura, en las estrofas, en relatos breves y en la edición pionera. Ha reconocido la influencia de Faulkner, Pavese y Valle-Inclán en su literatura, si bien su modelo como narrador es Kafka. Fue, junto a Agustín Delgado, Ángel Fierro y José A. Llamas, cofundador y responsable de la revista "Claraboya", editada en León entre 1963 y 1968 y cuya pretensión era lograr una completa renovación de la poesía, cuya estética consideraban una de las menos evolucionadas entre las artes del momento.
Aparte de lo publicado en Claraboya, Luis Mateo Díez se estrenó con libros de cuentos y poemas como Memorial de Hierbas (1973), finalista del premio «Novelas y Cuentos» de 1972; Señales de humo (1972) y, junto a José María Merino y Agustín Delgado, Parnasillo provincial de poetas apócrifos (1975).
Diez años más tarde llegó su consagración. Apócrifo del Clavel y la Espina (1977), Relato de Babia (1981), Las Estaciones Provinciales (1982); la decisiva La Fuente de la Edad (1986), Premio Nacional de la Crítica y Premio Nacional de Literatura; Brasas de Agosto (1989), Las Horas Completas (1990), El Expediente del Náufrago (1992), El Porvenir de la Ficción (1992), Los Males Menores (1993), Camino de Perdición (1995), El Espíritu del Páramo (1996), La Mirada del Alma (1997), Días del Desván (1997), Premio NH al mejor libro de relatos del año; y El Paraíso de los Mortales (1998), entre otras, le dieron fama de alcance internacional.
Los años 90 le vieron triunfar con La ruina del Cielo (1999), Premio Nacional de la Crítica y Nacional de Narrativa. A esa novela siguieron Las palabras de la vida (2000), libro de ensayo y relato, el volumen con tres novelas cortas titulado El diablo meridiano (2001), Balcón de piedra, Visiones de la Plaza Mayor (2001), El eco de las bodas (2003), Fantasmas del invierno (2004), El fulgor de la pobreza (2005), El árbol de los cuentos (2006), Blasón de muérdago (2006), Cuentos del gallo de oro (2008), Los frutos de la niebla, Premio de la Crítica de Castilla y León 2008; El expediente náufrago (2008), El animal piadoso (2009), Azul serenidad o la muerte de los seres queridos (2010), Pájaro sin vuelo (2011); la recopilación de novelas cortas La cabeza en llamas (2012), Fábulas del sentimiento (2013), La soledad de los perdidos (2014), Los desayunos del Café Borenes (2015), el libro de relatos El árbol de los cuentos (2017), Vicisitudes (2017), una recopilación de 85 relatos con la que quedó finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León 2018, la novela El hijo de las cosas (2018), Gente que conocí en sueños (2019), cuatro historias de aire fantasmagórico, Juventud de cristal (2019), finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León 2020, y la novela Los ancianos siderales (2020). En 2022 revisó su territorio mítico con la publicación de Celama (un recuento), libro compuesto por 38 relatos.
Miembro de la Real Academia Española desde 2001, en 2020 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas y en 2023, el Premio Cervantes, el máximo galardón literario en lengua castellana. Es también Premio Café Gijón de novela corta por Apócrifo del Clavel y la Espina (1977), y Premio Ignacio Aldecoa de cuentos por Cenizas (1976), ha recibido también el Premio Francisco Umbral por La cabeza en llamas (2012). Asimismo, su cuento Los Grajos del Sochantre, perteneciente al libro Brasas de Agosto (1989), fue llevado al cine por J. M. Martín Sarmiento en la película El Filandón, y Julio Sánchez Valdés ha rodado la versión cinematográfica de La Fuente de la Edad para Televisión Española. Por otro lado, en 2008, el Teatro Corsario, dirigido por Fernando Urdiales, adaptó su obra al teatro con Celama.
Juan Iglesias Santos [1917-2003]
Especialista en Derecho Romano y autor de cabecera en la especialidad en España y América, Juan Iglesias Santos nació en la localidad salmantina de Las Veguillas el 2 de agosto de 1917, y se licenció en Derecho en la Universidad de Salamanca con tan sólo 17 años de edad. Doctor por la Universidad Pontificia de esa misma ciudad, en junio de 1936, Miguel de Unamuno, repuesto rector de esta institución, firmaba el nombramiento de Juan Iglesias como profesor auxiliar de Derecho Romano. Tras el paréntesis de la Guerra Civil, permaneció en la Universidad de Salamanca durante un curso más, trasladándose en 1940 a la capital española para incorporarse a la Facultad de Derecho, donde se doctoró bajo la dirección de su maestro, Ursicino Álvarez.
En 1942 obtuvo la Cátedra de Derecho Romano de la Universidad de Oviedo, desempeñándola luego en las Universidades de Salamanca (1943-1948) y Barcelona (1948-1953), para trasladarse finalmente a Madrid, en cuya Universidad Complutense permaneció hasta su jubilación, en 1985, y fue nombrado «decano honorario».
Pero fue en Barcelona donde se consagró como romanista de prestigio europeo tras organizar, en 1953, por vez primera en España, la reunión anual de la Sociedad Internacional de los Derechos de la Antigüedad. Fue también profesor de Derecho Romano en la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) y en el Colegio Universitario San Pablo-CEU. Ejerció como vicerrector de la Universidad de Barcelona (1953), decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid (1956-1957) director del Colegio Mayor «Diego de Covarrubias» (1956-1958), secretario general del Consejo Nacional de Educación (1962-1969), vicerrector de la Universidad de Madrid (1964-1967) y decano de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense (1975-1976).
Académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Nápoles (1980), presidente de Honor de la Sociedad Española de Derecho Romano y miembro de la Société Internationale des Droits de l'Antiquité Magisterio, la actividad docente e investigadora del profesor Iglesias Santos ha sido reconocida a escala nacional e internacional. Ejemplo de ello son publicaciones como Derecho Romano. Historia e instituciones (1950), mítica herramienta de estudio para miles de universitarios españoles y americanos, que le llevó a ser considerado, dentro de la romanística internacional, como un «clásico»; Derecho Romano. Instituciones de Derecho Privado (1950); Derecho moderno (1968); Espíritu de Derecho Romano (1980); Elogio de Roma (1984); Arte del derecho (1994); y Vida y sobrevida del Derecho romano (1998), ente muchas otras.
Recibió el Premio Príncipe de Asturias (2001) y la Gran Cruz de la Orden Civil Alfonso X el Sabio en su sección especial «Al Mérito Docente». Falleció en Salamanca el 3 de mayo de 2003.
Fundación Navapalos
La protección del mundo rural, la defensa del patrimonio natural y arquitectónico y la promoción del desarrollo sostenible centran las actuaciones de la Fundación Navapalos, creada en 1985 por la Asociación “Amigos de la Arquitectura Autóctona y de las Tradiciones Populares de España. INTER-ACCION en el pueblo soriano que le da nombre, como «Centro de Investigación y Demostración Navapalos».
Su cometido originario era restaurar Navapalos, localidad abandonada desde los años 60 del siglo XX, con técnicas, materiales antiguos y tecnologías innovadoras. Pretendía así luchar contra la despoblación del medio rural, conservar el patrimonio arquitectónico y cultural y propiciar un desarrollo sostenible. En la tarea de restauración del pueblo, que durante los veranos alberga diversos cursos de formación, se desarrollaron trabajos que han convertido la localidad en un centro de investigación y demostración de materias como la arquitectura bioclimática, los materiales ecológicos, las energías alternativas, la formación, el ecocentro y el teletrabajo. Fundada por Erhard Rohmer (1943-2017), arquitecto y urbanista alemán que presidía Inter-Acción, y erigida como Centro Demostrativo del Desarrollo Rural Sostenible desde 1985, su labor ha convertido a este pueblo soriano en ejemplo de los beneficios derivados del turismo rural y del cuidado del entorno más vulnerable.
En Navapalos se han recuperado edificios para su uso y habitabilidad, se han construido aulas, sala de reuniones y conferencias, laboratorio de investigación de materiales de construcción, talleres de madera, cerámica, papel reciclado y telares, alojamiento para estudiantes, parque energético - eólico fotovoltáico y térmico-, agua corriente, comedor, patio de artesanía y habilidades de gastronomía. Además, la actividad investigadora desarrollada en Navapalos ha sido transferida a diversos países que utilizan el adobe, el tapial y otras técnicas constructivas autóctonas. Así, con la ayuda de la Agencia Española de Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, de la Junta de Castilla y León, de los Ayuntamientos de Madrid y País Vasco y de la Junta de Castilla la Mancha, se han llevado a cabo más de 60 proyectos en Países en vías de Desarrollo.
Ejemplo de ello son el Poblado de Iberoterra, proyecto de construcción de viviendas de tierra en las zonas afectadas por el terremoto de Colombia de 1994, seleccionado como uno de los 100 mejores del mundo por Naciones Unidas, el realizado para los damnificados del huracán “Mitch” en Nicaragua, seleccionado por Naciones Unidas con la calificación de GOOD, y las investigaciones sobre edificaciones resistentes a los movimientos sísmicos en El Salvador. Amazonia y Puerto Nariño (Colombia) son otras zonas donde se ha trabajado conforme el modelo soriano.
La Fundación Navapalos ha impartido más de 60 cursos de verano sobre “arquitectura de la tierra”. Con ellos ha reunido cada año a miles de estudiantes, profesionales y expertos en medio ambiente y desarrollo sostenible para conocer y aplicar en su medio las posibilidades que ofrece la tierra como material constructivo; llegan a Soria procedentes de Universidades de Iberoamérica, Estados Unidos, África y Este de Europa, pero también de otras Comunidades Autónomas españolas.
En Navapalos, al abrigo de la Fundación, se han celebrado además numerosos Congresos Internacionales sobre “La Tierra como Material de Construcción”, que han reunido a profesores e investigadores de todas las autonomías españolas, de la Unión Europea, de Iberoamérica y también del continente africano.
Para desarrollar su labor, la Fundación ha contado con el apoyo del CSIC a través del Instituto de Geografía y Economía Aplicada y el Instituto del Frío, de la Junta de Castilla y León, del Instituto de Ciencias de la Construcción «Eduardo Torroja» y del Instituto de Ciencias Medio Ambientales.
Colabora asimismo con la Universidad de Valladolid, con la Fundación Potosí de Bolivia, con la Municipalidad de Tacuarembó en Uruguay y con la Universidad colombiana del Valle de Cali.