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Conoce Castilla y León
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Fernando Tejerina García [1942]
Nacido en la localidad leonesa de Sorriba del Esla en 1942, Fernando Tejerina García es considerado uno de los investigadores más destacados en el ámbito de la Física Nuclear y de la Termodinámica. Cursó los primeros años de bachiller por la modalidad de enseñanza libre en el Instituto Padre Isla de León, y, a partir de cuarto curso, en el colegio Liceo Castilla (Hermanos Maristas) de Burgos. Los estudios de licenciatura en Químicas los realizó en la Universidad de Valladolid, y los de Doctorado en Física en el Instituto de Física Corpuscular (IFIC) de la Universidad de Valencia, en ambos casos con la calificación final de Premio Extraordinario y Accésit Premio Nacional de Licenciatura.
Becario del Ministerio de Educación Nacional para residir en el Colegio Mayor de Santa Cruz durante los estudios de Licenciatura, también lo fue del Programa de Formación de Personal Investigador mientras completaba los de doctorado y postdoctorado. Asimismo, fue becario del Gobierno de Francia para realizar estudios y estancias en diversos centros de investigación y universidades de aquel país. Ha sido profesor de las Universidades de Valencia y Autónoma de Barcelona y, desde el curso 1980-81, de la Universidad de Valladolid. Es catedrático de Termodinámica y Física Estadística desde 1972.
Su labor de investigación se ha desarrollado, en primer lugar, en el ámbito de la Física Nuclear de alta energía, concretamente en el estudio de los agregados nucleares llamados hiperfragmentos - lambda, cascada y dobles –; a esta etapa corresponde la evidencia experimental y descripción del núcleo exótico He-8. Posteriormente se centró en el ámbito de la Termodinámica: Termodinámica Formal y desarrollo generalizado de la Termodinámica, así como el estudio teórico, mediante la elaboración de modelos, y experimental del transporte a través de membranas.
Ha desempeñado diversos cargos académicos: Subdirector del Instituto de Física Corpuscular de Valencia, Secretario de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valencia, Decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid (1982-1984) y Rector de esta misma institución entre 1984 y 1994, así como Secretario de Estado de Universidades, Investigación y Desarrollo (1996–1997).Ha sido miembro del Consejo Rector del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en la actualidad forma parte del Patronato de diversas fundaciones, así como de diferentes sociedades científicas.
Fernando Tejerina es autor de tres obras de Termodinámica, coautor de varias monografías y coordinador de textos de Física. Ha sido editor de la obra “La Universidad. Una Historia Ilustrada” (2010), realizada con la colaboración de 40 especialistas de los cinco continentes y publicada en español, inglés y portugués. Más de un centenar de publicaciones científicas, recogidas en 21 revistas y “journals” del mayor alcance, varias obras de referencia, numerosas participaciones en congresos nacionales e internacionales y una activa colaboración con varios grupos de investigación de primer nivel completan el currículum de uno de los investigadores, profesores y gestores más reconocidos de la comunidad universitaria española.
Ha recibido, entre otras muchas distinciones, el Premio para Investigadores Noveles y la Medalla de Física, ambos por parte de la Real Sociedad Española de Física; el Premio Nacional de Doctorado de la Fundación Cañada Blanch, la Medalla de las Universidades de Valladolid y Carabobo (Venezuela), la Placa de Honor de la Universidad de Burgos, la Medalla de la Asociación Internacional de Presidentes de Universidad, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, el Premio del Consejo Social de la Universidad de Valladolid, la Medalla de Honor de la CRUE y el Premio a la Excelencia del M. l. CMU de Santa Cruz. Es, asimismo, Doctor Honoris Causa por las Universidades Autónoma de Guadalajara (México), Palermo (Argentina) y Burgos (España). La Universidad de Valladolid ha dado el nombre “Edificio Rector Tejerina” a un inmueble situado en la Plaza de Santa Cruz y, en reconocimiento a su labor docente, el Aula Magna de la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid lleva también su nombre.
Lola Herrera [1935]
Es una de las actrices españolas más emblemáticas, dedicada especialmente al teatro y a la televisión. Dolores Herrera Arranz, más conocida como Lola Herrera, nació en Valladolid el 30 de junio de 1935, y con apenas dos años su familia se trasladó desde el número 2 de la calle Catalina Adulce, detrás de la Plaza de Toros, al barrio de las Delicias, cerca de los talleres de la Renfe, concretamente al número 8 de la Calle Arca Real.
Lola Herrera era la mayor de seis hermanos. Comenzó sus estudios en el colegio de las Hermanas de la Cruz, situado en dicho barrio vallisoletano, donde con cuatro años tuvo su primer contacto con el teatro haciendo de muñeca en una función teatral. Luego cambió de Colegio y continuó sus estudios en uno situado en la carretera de Salamanca (ahora Avenida de Salamanca); también estudió en la academia de la Asociación de Renfe, en la calle Héroes del Alcázar.
Con 12 años comenzó a ganar premios en concursos de canciones como ‘Arte hacia la fama’, convocado por la Cadena SER en el Teatro Calderón, o en certámenes del mismo estilo en Valladolid, Burgos, Zamora, León y Madrid. A los 14 años se incorporó a Radio Valladolid, de la Cadena SER, donde, entre otras muchas actividades, dio vida al famoso «Pajarito Azulín», personaje infantil al que los padres mandaban cartas para sus hijos. En 1955 se traslada a Madrid, donde prosigue su trabajo en la radio, concretamente en la SER y en Radio Madrid. Entonces fue reclamada por Sautier Casaseca para interpretar radionovelas.
En 1957 debuta como actriz de teatro con El campanero, de E. Wallace, en el madrileño Teatro de la Comedia, protagonizada por Manuel Dicenta, su futuro suegro. A partir de este momento su actividad teatral es constante, protagonizando cerca de 40 obras, entre ellas Jaque a la reina (1959), Querido salvaje (1961), Entre nosotros (1966), Alicia en el país de las maravillas (1978), y Juana del amor hermoso (1983). Especialmente determinante fue su encuentro, a principios de los años 60, con Vicente Parra, con quien interpretó obras de enorme éxito, como Cherie, de Colette (1961), y Rebelde, de Alfonso Paso (1962). En 1976 realizó una gira por Europa con la compañía Tirso de Molina.
Pero su mayor éxito llegó con Cinco horas con Mario, una versión teatral de la novela de Miguel Delibes que se estrenó en noviembre de 1979, en el Teatro Marquina de Madrid, bajo la dirección de Josefina Molina, obra con la que a lo largo de diez años recorrió España y América, alcanzando varios miles de actuaciones. Veinticuatro años después, Lola Herrera volvería a poner en escena a la Menchu de Delibes, papel que le ha deparado la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes. Entre sus últimas interpretaciones sobresalen El estanque dorado, junto a Héctor Alterio, y de nuevo Cinco horas con Mario, en el Teatro Calderón vallisoletano (2021).
Aunque se ha dedicado principalmente al teatro y a la televisión, también ha trabajado en el cine, donde debutó con 18 años en la película El pórtico de la gloria (1953). Ha realizado numerosos trabajos de doblaje (Casa de Muñecas, Gritos y susurros, Alicia ya no vive aquí, etc.) y protagonizado la cinta autobiográfica de gran éxito Función de noche (1981), de Josefa Molina, junto a su ex marido Daniel Dicenta; por esta actuación obtuvo el premio a la mejor actriz en el Festival de Cartagena de Indias (Colombia), y representó a España en múltiples festivales internacionales. Dentro de su actividad cinematográfica destacan La próxima estación, de Antonio Mercero, junto a Alfredo Landa (1982); El amor perjudica seriamente la salud, de Manuel Gómez Pereira (1996), y Primer y último amor, de Antonio Giménez Rico (2002).
Su actividad en televisión comenzó en “Estudio 1”, mítico programa en el que realizó cerca de una veintena de episodios, y en las famosas Historias para no dormir de Narciso Ibáñez Serrador, concretamente en El trasplante y en La casa (1968). Interpretó obras de Pirandello, Arniches, T. Williams, Arthur Miller, Unamuno, los Quintero y el teatro clásico español, pero también novelas españolas tan conocidas como Cañas y Barro y La barraca (1979).
Con la llegada a televisión de las series nacionales interviene en Las viudas (1977) y, más recientemente, en proyectos de gran éxito como La casa de los líos, junto a Arturo Fernández (1996-2000), Paraíso (2000) y El grupo (2000), regresando a este género con series como Un paso adelante (2002-2005) y Las chicas de oro (2010). Ha publicado un libro de memorias titulado Me quedo con lo mejor (2013).
Con más de cuarenta años en el mundo de la interpretación, Lola Herrera ha recibido numerosos premios de teatro y televisión: Antena de Oro, Quijote de Oro, Premios de la Crítica, Premio Max de las artes escénicas, Fotogramas de Plata, Premio Ercilla, TP de Oro a la Mejor Actriz, Premio de Teatro Pepe Isbert, Medalla al Mérito de las Bellas Artes, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, Medalla del Centenario del Círculo de Bellas Artes, etc. También posee el Premio de Teatro Provincia de Valladolid, otorgado por la Diputación en 1996, el Premio Racimo (1998), el Max de Honor de las Artes Escénicas (2016) y la Medalla de Oro de Valladolid (2021). Desde el año 2007 una Plaza del vallisoletano Barrio de las Delicias lleva su nombre.
Concha Velasco [1939]
Nacida en Valladolid el 29 de noviembre de 1939, Concepción Velasco Varona, más conocida como Concha Velasco, es una de las actrices más emblemáticas y queridas por el público español. Es hija de militar, Pío Velasco, y de Concepción Varona, maestra republicana. Desde muy pequeña no ocultaba su afición por el baile y la canción.
El traslado de su padre a Larache (Marruecos) obligó a la familia a cambiar de residencia; allí, con apenas seis años, inició estudios de danza, que continuaría en Madrid a causa de un nuevo traslado de su progenitor, ascendido a teniente. Se matriculó en el conservatorio y en diversas academias, además de recibir clases de maestros particulares, con el firme objetivo de convertirse en bailarina. Sin embargo, los problemas económicos de la familia la obligaron a abandonar los estudios de danza y ponerse a trabajar.
Aun así, pudo completar sus conocimientos teóricos en el ballet de la Compañía Nacional de Ópera, con la que debutó en La Coruña. Tras interpretar un pequeño papel en Bienvenido Mister Dólar (1954) pasó trabajar en la compañía de Pedro Terol y compartió escenario, como artista flamenca, con Manolo Caracol y Luisa Ortega. Fichada en 1955 por Virginia Matos, continuó al año siguiente como vicetiple en la compañía de revistas de Celia Gámez, y posteriormente en la de Mary Begoña y Antonio Garisa.
Con quince años rueda su primera película, La reina mora (1954), luego coprotagoniza Muchachas en vacaciones, de José María Elorrieta (1958) y hace otro tanto junto a Tony Leblanc en Las chicas de la Cruz Roja, de Rafael J. Salvia (1958), su consagración profesional. El mismo Leblanc, con quien rodará una serie de películas, la propuso para sustituir a Nati Mistral en la revista Ven, y ven… al Eslava (1958), su debut en el teatro. Al mismo tiempo, con el director José Luis Sáenz de Heredia inicia una larga y fructífera colaboración de la que surgen El indulto (1960), adaptación de una obra de Emilia Pardo Bazán, y, sobre todo, Historias de la televisión (1965), en la que se da a conocer como cantante con un éxito intemporal como es La chica ye-ye.
De actriz juvenil pasó a interpretar películas con Manolo Escobar, que fueron todo un éxito de taquilla, para, posteriormente, cambiar su registro demostrando una gran capacidad para interpretar papeles dramáticos, como demuestra en Tormento (1974) y Pim, pam, pum… ¡Fuego! (1975), ambas de Pedro Olea.
En total, Concha Velasco ha interpretado más de 100 películas, entre las que figuran La colmena (1982), de Mario Camus; La hora bruja (1985), de Jaime de Armiñán; Esquilache (1988), de Josefa Molina; Más allá del jardín (1996), de Pedro Olea; y trabajos más recientes como Paris-Tombuctú (1999) de Luis García Berlanga; Km. 0 (2000), de Juan Luis Iborra; Los pasos perdidos (2001), de Manane Rodríguez, y El oro de Moscú (2002), de Jesús Bonilla.
Actriz polivalente, ha triunfado en teatro, donde atesora una intensa actividad en todos los géneros, formando compañía propia. Filomena Maturano (1979), Carmen Carmen (1988) y Hello Dolly (2001) son algunos de sus éxitos más destacados, que hay que hacer extensivos a la televisión, donde interpreta teatro y series, destacando especialmente en Santa Teresa de Jesús, de Josefina Molina (1984), por la labor personal de recreación del personaje de la Santa de Ávila.
Entre sus últimas series figuran Motivos personales, en Tele 5 (2005), Herederos (2008) y Las chicas de oro (2010), ambas en TVE. También es notable su actividad como presentadora en la pequeña pantalla, como demuestra desde 2011 en Cine de barrio, de TVE, y como cantante, faceta esta última en la que obtiene éxitos como el de Mamá quiero ser artista, frase que ha sintetizado, como ninguna otra, su vocación y entrega a la profesión y su biografía de gran dama del cine y de la escena española. En marzo de 2018 regresó a Valladolid para representar El funeral en el Teatro Calderón, obra escrita y dirigida por su hijo, Manuel M. Velasco. La habitación de María, representada en el Teatro Bretón de Logroño el 21 de septiembre de 2021, fue su última función teatral. Después de la misma anunció su retirada.
Concha Velasco ha recibido numerosos premios y distinciones, como la Medalla de Oro de las Bellas Artes, Medalla de Oro de la Academia de Cine, Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos, Fotograma de Plata en cinco ediciones, Premio a la Mejor Interpretación Femenina del Festival de Valladolid por La hora bruja; Premio Miguel Mihura de la SGAE, Premio de Teatro Provincia de Valladolid, Premio Nacional de Teatro, Medalla de Oro de Valladolid, Goya de Honor en 2012, y el XVI Premio Corral de Comedias del Festival de Almagro en reconocimiento de toda su carrera. En 2016, el Gobierno español le distinguió con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte le otorgó el Premio Nacional de Teatro. Desde 2015, una calle de Valladolid lleva su nombre.
Jesús Hilario Tundidor [1935-2021]
Adscrito al grupo denominado “Poetas del 60”, Jesús Hilario Tundidor nació en Zamora en 1935. Comenzó a leer de niño, con apenas ocho años, libros de cómics y clásicos como Robinson Crusoe, Las mil y una noches y algunas obras teatrales de Lope de Vega. Como señala Víctor García de la Concha, fue en marzo de 1987 cuando Jesús Hilario Tundidor, Joaquín Benito de Lucas, Miguel Fernández, Ángel García López, Antonio Hernández, Diego Jesús Jiménez y Manuel Ríos se reunieron en Zamora, liderados por el primero, con voluntad fundacional de grupo: “Poetas del 60”.
Desde la adolescencia sentirá verdadera fascinación por la obra de Nietzsche. Tras cursar el bachillerato en el Instituto Claudio Moyano de su ciudad natal, realizó estudios de Magisterio e Historia. Dedicado profesionalmente a la docencia desde mediados de los años 50, residió en varias localiades españolas (Yelo de Medinaceli, en Soria; Olmillos de Castro, en Zamora; Puertollano, en Ciudad Real; Zamora capital; Valencia y, finalmente, Madrid), circunstancia que también puede palparse en sus obras.
El mismo Tundidor organizaba su producción poética en dos épocas: una primera en la que, como escribe Joaquín Benito de Lucas, “muestra una tendencia hacia la interpretación simbólica de la realidad «real», en la que los elementos que la componen y aparecen en el poema quedan transformados en signos representativos de una realidad superior”. Iniciada esta etapa con Junto a mi silencio (1963), que obtuvo el Premio Adonais de 1962 -si bien su primera obra es Río oscuro (1960), retirada por él mismo de su bibliografía-, prosigue con Las hoces y los días (1966), En voz baja (1969), que logra el Premio ‘Álamo’, y Pasiono (1972), galardonada con el Premio ‘González de Lama’. Tetraedro (1978) da paso a una segunda época formada por libros que presentan una clara voluntad reflexiva y una línea argumental unitaria.
A ella pertenecen Libro de amor para Salónica (1980), Repaso de un tiempo inmóvil (1982), que obtiene el primer premio ‘Esquío’; Mausoleo (1988), que para Hilario Silva supone, sin embargo, una obra de ruptura dentro de la literatura española, aparte, por tanto, de estas dos etapas, Construcción de la rosa (1990), Tejedora de azar (1995), y Las llaves del reino (2000).
Entre ambas etapas existe, sin embargo, una continuidad en las reflexiones, desde el existencialismo de los primeros momentos hasta una mayor abstracción en tiempos posteriores. Interesado por la realidad siempre y cuando le permita transmitir las emociones, que para Tundidor es la esencia de la poesía, él mismo ha definido su obra no como una hermenéutica de lo real sino como “una posible ordenación sentimentalizadora de lo inteligente”.En su obra poética siempre están presentes la naturaleza, el lenguaje, el hombre y el tiempo.
De 1993 es su primera antología, Lectura de la noche, y en 1999 se publica Mundo ahí, con poemas de su primera época. Entre 2001 y 2003 vieron la luz sus antologías Elegía en el alto de Palomares (2001), Un paso atrás. Antología (2002-1960) (2003), y La tierra que más amo (2003). Más recientes son Libro de amor para Salónica (2005); Escalada (como si fuese una memoria) (2006); Fue (2007); Un único día (Poesía 1960-2008), 2 vols. (2010); y la antología selectiva La fertilidad de los vocablos (2013).
Como ensayista, publicó trabajos en los que reflexionaba sobre la obra de otros poetas o sobre la propia, como Seis poetas de Zamora (1976); El hacer del deshacer. El autor ante su obra (1990); y Reflexiones sobre mi poesía (1994), conferencia dictada en el Colegio Universitario ‘Santa María’, de Madrid.
En 2006, el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua publicó Inventario de Jesús Hilario Tundidor, que recorre y estudia con minuciosidad la obra de este poeta zamorano.
Protagonizó relevantes recitales de poesía (en la Residencia de Estudiantes de Madrid, en las Universidades italianas de Bérgamo y Venecia, en el Festival de Poesía celebrado en 2001 en la localidad argentina de Rosario, en el Simposium poético de San José de Costa Rica, en 2004, en Universidades de Rumanía, etc.). En 2007, los cantautores Moncho Otero y Rafa Mora pusieron música a parte de sus poemas en el libro-disco Viento de octubre. Falleció en Madrid el 2 de mayo de 2021.
Junto a los premios ya citados, el zamorano recibió el Premio "San Juan de Baños 1997" en reconocimiento a su Obra Poética, el Premio de la Academia Castellano-Leonesa de Poesía 1999, el Premio "León Felipe, 2000”, y el de la Asociación Madrileña de Críticos 2006. En 2001 fue nombrado Zamorano del Año por la Fundación Científica Caja Rural y recibió sendos homenajes en la Fiesta del Libro de Benavente y en el Teatro Principal de Zamora. También se le homenajeó en el VI Encuentro de Poetas Hispanoamericanos celebrado en 2003 en Salamanca, y en 2015 recibió en Valladolid el premio extraordinario del grupo literario 'Viernes del Sarmiento'.
Tomás Ramón Fernández Rodríguez [1941]
Nacido en Burgos en 1941, Tomás-Ramón Fernández Rodríguez es uno de los especialistas en Derecho Público más reconocidos de nuestro país. En su ciudad natal fue alumno del Colegio de La Salle hasta los 16 años.
Se trasladó a Valladolid para cursar la carrera de Derecho, Licenciatura que obtuvo en 1962. Además, en la Universidad vallisoletana conoció a quien sería su maestro, el catedrático Eduardo García de Enterría, que despertó en él el interés por el Derecho Administrativo. En 1963 ingresó por oposición en el Cuerpo Técnico de Administración Civil del Estado, hoy Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, y tres años después obtenía el título de doctor por la Universidad Complutense de Madrid.
En enero de 1973 obtuvo la Cátedra de Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho de San Sebastián, correspondiente a la Universidad de Valladolid. Fue vicedecano de esta Facultad en 1974 y 1975. En septiembre de 1975 pasó a desempeñar la misma Cátedra en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de cuya Facultad de Derecho fue decano hasta 1977. En diciembre de este último año resultó elegido Rector de la UNED en unas elecciones en las que participó todo el personal docente y administrativo de la Universidad con igualdad de voto. Permaneció en el cargo hasta noviembre de 1982.
Fernández Rodríguez sobresale por sus aportaciones a la mejora del corpus legislativo, tanto estatal como autonómico, especialmente por su labor de renovación del Derecho Urbanístico. A ello hay que sumar su compromiso con la construcción del Estado autonómico, como lo demuestra el hecho de que formara parte de la famosa Comisión de Expertos sobre Autonomías constituida en 1981 por acuerdo entre el Gobierno de Calvo Sotelo y el PSOE, a raíz del intento de golpe de Estado del 23-F, y presidida por el catedrático García de Enterría.
En 1983 pasó a ocupar la Cátedra de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid, de la que actualmente es catedrático emérito. Ha compaginado siempre la docencia universitaria con su actividad profesional como abogado, y ha sido profesor invitado en diferentes Universidades extranjeras, como la Universidad de París X (Nanterre), la Universidad Nacional de Buenos Aires o la Universidad Nacional de La Plata.
Autor de más de una veintena de libros y de cerca de 200 aportaciones científicas sobre su especialidad, su Manual de derecho urbanístico (1980) sigue siendo una referencia clave para los estudios de esta materia. De él se han impreso ya 23 ediciones. No en vano, Tomás-Ramón Fernández es considerado uno de los grandes renovadores del Derecho Urbanístico en España, hasta el punto de intervenir directamente en el desarrollo de la Ley del Suelo 6/1998.
Entre sus obras también destacan Curso de Derecho Administrativo (I y II), junto a Eduardo García de Enterría, que viene editándose desde 1974; El Notario, la función notarial y las Garantías Constitucionales (1989); El derecho y el revés: diálogo epistolar sobre leyes, abogados y jueces, junto a Alejandro Nieto (1998); De la Arbitrariedad del Legislador (1998); Estudios de derecho ambiental y urbanístico (2001); Panorama del Derecho Administrativo al comienzo de su tercera centuria (2002); Una crónica de la legislación y la ciencia jurídica en la España contemporánea (2003); Derecho urbanístico de Madrid, con J. R. Fernández Torres (2004); Del arbitrio y de la arbitrariedad judicial (2005); y Discrecionalidad, arbitrariedad y control jurisdiccional (2006).
El burgalés es asimismo un referente en materia de legislación taurina, sobre todo desde que en 1987 publicara el libro Reglamentación de las corridas de toros. De hecho, ha participado activamente en la redacción de la Ley de Potestades Administrativas de Espectáculos Taurinos, aprobada en 1991 y aún en vigor, y puso en marcha el reglamento de 1992, derogado cuatro años después.
Académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación desde 2003, ha recibido la Medalla de Oro de la UNED (1983). Es Doctor Honoris Causa por la Universidad de Jaén (2006), académico correspondiente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires y Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Guadalajara (Méjico). Nombrado en abril de 1976 vocal del Patronato Rector de la Escuela Nacional de Administración Pública, fue socio fundador del periódico ‘El País’ y en enero de 1985 fue designado por el Gobierno consejero del Banco de España, puesto en el que se mantuvo hasta finales de enero de 1994. Ha sido consejero electivo de Estado entre 1982 y 1994 y es uno de los patronos de la Fundación “Transición Española” (2007).
María del Rosario Heras Celemín [1950]
Zamorana nacida en 1950, María del Rosario Heras Celemín es pionera en la investigación en eficiencia energética de la edificación. Sus padres, José Andrés Heras, de Luelmo de Sayago (Zamora), y Amelia Celemín, de Gallegos de Hornija (Valladolid), fueron maestros nacionales en Rubí de Bracamonte, pequeño pueblo vallisoletano próximo a Medina del Campo.
Precisamente en Rubí de Bracamonte preparó el Bachillerato, y con 9 años pasó a estudiar en el Instituto Claudio Moyano de la capital zamorana, donde se examinó con éxito por libre. En la década los 60 sus padres se trasladaron a dar clases a Medina del Campo, y fue en esta localidad vallisoletana donde, gracias a la influencia de Natividad Castellanos, profesora de Física y Química en tercero de Bachillerato, se aficionó a dicha disciplina. Cursó el Bachillerato Superior en Zamora y el Preuniversitario en Madrid.
Licenciada y doctora en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid, se especializó en energía solar y fundamentó su tesis, leída en 1981, en el comportamiento de los captadores solares. Era, de hecho, la primera que se hacía en España sobre estudios fototérmicos. En 1975, recién licenciada, entró a colaborar en el grupo de Energía Solar creado en la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense por el catedrático José Doria Rico, gracias al cual comenzó a ejercer, en 1976, como Profesora No Numeraria. También entonces comenzó a colaborar con la Real Sociedad Española de Física.
El 1986 ganó por oposición el puesto de jefe de la sección de Arquitectura Bioclimática y Baja Temperatura del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), en cuyo Instituto de Energías Renovables comenzó a trabajar como investigadora principal. En 1992 obtuvo la plaza de Profesora titular de la Escuela Universitaria de la Universidad Politécnica de Madrid. Jefa de la Unidad de I+D sobre Eficiencia Energética en Edificación del Ciemat, en la actualidad es funcionaria de la Escala de Investigadores Titulares de los Organismos Públicos de Investigación (OPIS).
En sus 34 años de profesión ha investigado en Física Aplicada en I+D sobre energía solar, inicialmente en aprovechamiento térmico y después en acondicionamiento térmico en edificios, como eficiencia energética en edificación. Ha participado como investigadora principal en más de 60 proyectos sobre I+D de la Unión Europea y en otros tantos españoles, sobre temas de aplicación de la energía solar a la edificación, habiendo dirigido varios trabajos de investigación y tesis doctorales. Entre sus últimos proyectos caben destacar la coordinación del Proyecto Científico–Tecnológico Singular y de Carácter Estratégico sobre Arquitectura Bioclimática y Frío Solar PSE-ARFRISOL’, así como del Demostrador de Energía del Proyecto ENVITE –Plan E.
Es autora de varias monografías sobre dicha temática, ha publicado cerca de un centenar de artículos en revistas nacionales e internacionales, ha colaborado en 48 libros colectivos e impartido más de 100 ponencias en Congresos. Elegida en diciembre de 2009 presidenta de la Real Sociedad Española de Física (RSEF), es la primera mujer que ocupa este cargo desde 1903, año de creación de la RSEF, y la primera vez que este puesto es ocupado por un científico del CIEMAT. Es fundadora, junto a otros once investigadores, de la Fundación Renovables, creada en Madrid en 2010, y de cuyo patronato es vocal. Miembro del jurado del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, en 2014 ha recibido el Premio de la Agencia ICAL al Compromiso Humano por la provincia de Zamora.
Fernando Macarro Castillo, 'Marcos Ana' [1920-2016]
Nacido el 20 de enero de 1920 en la pedanía de San Vicente -municipio salmantino de Alconada-, de familia humilde y profundamente católica, Macarro pasó su infancia en Ventosa del Río Almar, (Salamanca). En 1929 se trasladó a Alcalá de Henares, donde trabajaría como dependiente, tras abandonar los estudios.
Afiliado a las Juventudes Socialistas al final de la II República, acabaría siendo secretario general de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en Alcalá. Ya como miembro del Partido Comunista combatió en el ejército republicano en la capital y antes de la caída de Madrid, intenta desde Alicante embarcarse hacia el exilio, pero es detenido en el puerto de esta ciudad y encarcelado en el campo de prisioneros de Albatera, de donde logra escapar, para ser de nuevo arrestado en Madrid.
Condenado por dos veces a la pena capital en sendos Consejos de Guerra, en 1944 le fue conmutada por dos condenas a 30 años de prisión. Cumplió una parte de ellas en el penal de Burgos, donde coincidiría con los escritores Antonio Buero Vallejo y Miguel Hernández, entre otros. Allí se aficionó a la lectura y comenzó a escribir poemas bajo el seudónimo de Marcos Ana, formado por el nombre de sus padres. Algunos de los poemas fueron distribuidos fuera de la cárcel, logrando concitar una importante campaña internacional a favor de su liberación. En 1961 fue aprobada su excarcelación tras haber pasado 23 años en prisión.
Exiliado en Francia, en París fundó y dirigió el Centro de Información y Solidaridad con España, presidido por Pablo Picasso. En ese tiempo recorrió varios países de Europa y América Latina dictando conferencias y organizando campañas a favor de los derechos humanos, la amnistía general y la reconciliación de los españoles.
Regresó a España en 1976 y participó con el PCE en las elecciones generales de junio de 1977. El Partido le puso al frente de su departamento de Solidaridad Internacional. En 1977 se publicó una recopilación de sus poemas (Las soledades del muro), y en 2007 vieron la luz sus memorias Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida. Falleció en Madrid el 24 de noviembre de 2016.
Promotor de la paz y el diálogo, Marcos Ana pasó muchos años propugnando en foros internacionales la unión entre los españoles y el destierro de los rencores de la guerra en aras de su reconciliación democrática. Propuesto para el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2009, el Gobierno le otorgaría ese año la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. En 2010 recibió el Premio René Cassin de Derechos Humanos y en 2011, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Francisco Laína García [1936-2022]
Ocupó un puesto destacado en la historia reciente de nuestro país como Presidente del Gobierno Interino formado a raíz del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Francisco Laína García nació el 18 de mayo de 1936 en la localidad abulense de La Carrera. Hijo de maestros nacionales, se licenció en Derecho y en 1965 ingresó por oposición en el Cuerpo General Técnico de la Administración Civil del Estado.
Ejerció como delegado del Gobierno en la isla de La Palma, subdirector general de Política Interior del Ministerio de la Gobernación y subdirector general jefe del gabinete del subsecretario técnico del Presidente del Gobierno antes de pasar, en abril de 1974, a León como gobernador civil y jefe provincial del Movimiento. Aquí permaneció hasta junio de 1976, momento en el que regresó al Archipiélago Canario como gobernador civil de Las Palmas. Nombrado gobernador civil de Zaragoza en julio de 1977, en este puesto tuvo que afrontar el trágico incendio del Hotel Corona de Aragón, en 1979, uno de los sucesos más impactantes de la Transición, que causó un gran número de víctimas.
Amigo personal de Adolfo Suárez, el 13 de junio de 1980, el nuevo ministro del Interior, Juan José Rosón, le nombró director de la Seguridad del Estado en sustitución de Luis Alberto Salazar-Simpson, cargo que llevaría aparejado la vicepresidencia del mando único de la lucha antiterrorista. Fue entonces cuando vivió en primera persona el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Dado su rango administrativo de secretario de Estado, Laína asumió durante 14 horas la presidencia de la llamada “Comisión Permanente de Secretarios de Estado y de Subsecretarios”, una suerte de gobierno interino formado por iniciativa del Rey para dar continuidad a la acción de gobierno y asumir las funciones del Ejecutivo, con lo que se evitaba un vacío de poder que pudiera servir para justificar las posiciones golpistas.
La Comisión se constituyó en el salón de Juntas del Ministerio del Interior y emitió la primera nota a la nación a las nueve y media de la noche, para asegurar que asumía de facto el control. De esta forma consiguió infundir tranquilidad en el ánimo de la población española. En todo momento, Laína estuvo ayudado por el subsecretario del Ministerio, Luis Sánchez Harguindey, y demás secretarios y subsecretarios de Estado; juntos trabajaron intensamente durante toda la noche y primeras horas de la mañana del día siguiente. Además, la Comisión mantuvo una línea de información constante con la Junta de Jefes del Estado Mayor y con el Palacio de la Zarzuela.
El abulense permaneció al frente de la dirección de la Seguridad del Estado hasta diciembre de 1982, dos meses después de la llegada del PSOE al poder. Miembro, en ese momento, de la ejecutiva abulense de UCD, aunque entonces se especuló con su entrada en el Centro Democrático y Social (CDS), formación política creada por Adolfo Suárez, el mismo Laína lo desmintió. Entonces se retiró definitivamente de la política activa. Falleció en Ávila el 7 de enero de 2022.
En noviembre de 2007 contribuyó a fundar la “Asociación para la Defensa de la Transición”. En posesión, desde junio de 1976, de la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar, con distintivo blanco, el 22 de febrero de 2011, con ocasión del 30 aniversario del 23-F, el gobierno de la nación le impuso la Medalla al Mérito Constitucional, otorgada también a los 35 miembros de aquella “Comisión Permanente de secretarios de Estado y de subsecretarios”. Ese mismo año recibió el Premio Pablo Iglesias de la Unión General de Trabajadores de Ávila.
Angel Sancho Campo [1930-2016]
Nacido en la localidad palentina de Valdeolmillos en 1930, Ángel Sancho Campo llevó a cabo una destacada y meritoria labor en la conservación, catalogación y restauración del patrimonio eclesiástico castellano y leonés, y su concurso fue igualmente relevante en el impulso de los Planes de Actuación en catedrales y monasterios. Cursó estudios de Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Palencia.
Ordenado sacerdote en 1953, ejerció inicialmente en Villalobón, Grijota y Ampudia antes de trasladarse a Palencia como consiliario del Consejo Diocesano de Hombres de Acción Católica y director de la Obra de Cursillos de Cristiandad. Entre 1962 y 1966 realizó estudios de licenciatura, doctorado y especialización en la Universidad Lateranense de Roma, como alumno del Colegio Español.
A su regreso ganó por oposición la canonjía de Penitenciario de la Catedral de Palencia, y, también por oposición, la Cátedra de Teología Moral del Seminario Mayor. En breve sería designado canciller-secretario del Obispado. Fue entonces cuando comenzó a elaborar una suerte de memoria-balance sobre el arte-sacro en la diócesis palentina, que terminaría siendo la base de su famosa obra El Arte Sacro en Palencia, iniciada en 1970 y que consta de varios volúmenes.
En 1971 fue designado vicario episcopal de Enseñanza y Arte, responsabilidad a través de la cual fundó el Museo Diocesano de Arte, que dirige desde entonces, y el Archivo General Diocesano. En 1974 fue nombrado por el Ministerio de Educación y Ciencia Consejero Provincial de Bellas Artes en Palencia, puesto en el que se mantuvo hasta 1983, año en que también cesó como presidente de la Comisión Provincial del Patrimonio Artístico. Además, durante más de 40 años ha ejercido como delegado diocesano de Patrimonio.
A escala regional contribuyó a impulsar la exposición “Las Edades del Hombre”, de cuya muestra palentina, titulada ‘Memoria y esplendores’ (1999), fue comisario, y entre 1989 y 1994 coordinó el inventario del Patrimonio Cultural de la Iglesia en Castilla y León. A escala nacional su labor no fue menos relevante: convencido, conforme las enseñanzas del Concilio Vaticano II, de la necesidad de convertir los bienes culturales de la Iglesia en un elemento de evangelización, entre 1980 y 1999 ejerció como director del Secretariado de la Conferencia Episcopal para el Patrimonio Cultural de la Iglesia, y fue uno de los organizadores de las primeras Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural Eclesiástico.
A finales de los 80 participó activamente en la puesta en marcha del importante Plan Nacional de Catedrales, desarrollado en virtud de un acuerdo de colaboración firmado en 1997 entre la Iglesia y el Ministerio de Educación y Cultura. Entre 1990 y 2005 ejerció en Roma como consultor de la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia, y ha sido miembro, durante dos décadas (1980-2000), de la Comisión Mixta Iglesia-Estado para Asuntos Culturales.
En 1975 ingresó como académico numerario en la Institución Tello Téllez de Meneses, y tres años después fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Era miembro del Patronato de la Fundación Santa María la Real. Falleció en Palencia el 9 de diciembre de 2016.
Autor y coordinador de numerosas exposiciones, publicó diversas obras sobre arte sacro palentino, entre las que destacan La Navidad en el arte palentino (1971); Santa María y Santiago en el arte palentino (1975); Guía del Museo Diocesano. Palencia (1979); La catedral de Palencia: un lecho de Catedrales (1996); La Catedral: palabra construida (2005); Cultura y Evangelización (2012); El Museo Diocesano de Palencia: origen, formación y estado actual (2012); y Saber mirar el arte sacro: estudios y reflexiones (2013).
También dirigió las revistas "Patrimonio Cultural" y "Ars Sacra". En 1981 se le impuso la Medalla de Plata de Bellas Artes de Palencia y ha recibido, entre otros muchos reconocimientos, el Premio Nacional de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico y Artístico (Adelpha). Fue nombrado Prelado de Honor por el Papa Juan Pablo II.
VRAC y Club de Rugby El Salvador
Si Valladolid es la capital española en la que más importancia ha adquirido el rugby en los últimos años, se debe fundamentalmente a la calidad de sus dos clubes de mayor fama: el Salvador y el VRAC.Junto a la difusión que hacen de esta disciplina, ambos sobresalen por practicar una filosofía deportiva basada en la promoción de la cantera, así como por una larga, fructífera y exitosa trayectoria.
El Club de Rugby El Salvador fue creado en 1960 en el Colegio vallisoletano del mismo nombre, hoy desaparecido, de la mano de sus entonces propietarios, la familia Enciso, y del padre francés George ‘Jorge’ Bernés, profesor del Colegio. En pocos años y con equipos en todas las categorías, el C.R. El Salvador empieza a despuntar en el panorama rugbístico nacional alcanzando grandes éxitos en campeonatos nacionales de diferentes categorías, y con su primer equipo compitiendo ya en la máxima división nacional.
En 1973, por motivos económicos, los derechos deportivos del primer equipo son transferidos a la Universidad de Valladolid, mientras que las categorías inferiores siguen permaneciendo al amparo del colegio. En 1986 se produce la fusión con el Colegio San José, y, al mismo tiempo, se van incorporando al club destacados jugadores procedentes del Colegio San Agustín.
Su primer título de liga en esta nueva etapa lo consigue en la temporada 1990-1991, sin sufrir derrotas. En la siguiente lograría la Copa Ibérica y la Copa del Rey. Desciende de categoría en 1995/1996, lo que obliga a reorganizar el club. En la temporada siguiente recupera la categoría y a partir de ese momento cosecha numerosos éxitos. En total ha ganado ocho ligas (1991, 1998, 2003, 2004, 2007, 2008, 2010 y 2016), ocho Copas del Rey (1993, 1999, 2005, 2006, 2007, 2011, 2016 y 2022), seis Supercopas de España (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2018) y cinco Copas Ibéricas (1992, 1999, 2004, 2005 y 2017). Tras los patrocinios de Grupo Torío, Dulciora, Cetransa y Hermi, en la temporada 2015/2016 la empresa SilverStorm pasó a ser su patrocinador principal, por lo el equipo cambió su denominación por "SilverStorm El Salvador".
Por su parte, el Valladolid Rugby Asociación Club (VRAC) fue creado como tal en 1986 a partir de un elenco de jugadores procedentes del antiguo Club Deportivo Lourdes, club que en los años 70 había introducido el rugby entre los estudiantes. Su equipación, azul y blanca, se inspira en la de la Selección Nacional escocesa. Antes de Queserías Entrepinares, que es su patrocinador actual, tuvo como principales patrocinadores a Granja Conchita y a Quesos Canal.
En la temporada 1990/1991 dio la sorpresa al conseguir el título de Primera División en su edición vigesimocuarta, lo que implicaba su ascenso a División de Honor. El hito más importante por entonces fue el triunfo en la Copa del Rey en la temporada 1997/1998. A partir de ese momento, el VRAC aspira a mayores títulos nacionales: se hace con la Liga en la temporada 1998/1999 y repite en 2000/2001, 2011/2012, 2012/2013, 2013/2014, 2014/2015, 2016/2017, 2017/1018, 2018/2019, 2019/2020 (la victoria de esta temporada se produjo a raíz de la decisión de la Federación Española de Rugby, adoptada a finales de abril de 2020, de dar por finalizadas todas las competiciones ante la crisis del coronavirus) y 2020/2021.
Conquista nuevamente la Copa del Rey en 2010, 2014, 2015 y 2018, logra ocho Supercopas (2010, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017 y 2019) y la Copa Ibérica en 2014, 2017, 2018, 2019 y 2020. En 2005 pone en marcha la Fundación Valladolid Rugby, creada para impulsar la actividad deportiva con carácter formativo y educativo en todas sus categorías. Hasta la fecha ha recibido galardones como el Premio El Norte de Castilla 2001 o el Premio Valladolid Ciudad Deportiva 2001 a la Mejor Entidad Deportiva.