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Premio Castilla y León de las Artes 1984

Juan Manuel Díaz-Caneja [1905-1988]

Biografía

Su pintura se halla íntimamente ligada al paisaje de Castilla, que representa desde una atenta y fina visión vanguardista. Juan Manuel Díaz-Caneja, hijo del famoso abogado Juan Díaz-Caneja, nació en la localidad palentina de Pozo de Urama en 1905. En 1923, con 18 años recién cumplidos, se traslada a Madrid para estudiar la carrera de arquitectura, pero enseguida lo cautiva la pintura. Abandona los estudios arquitectónicos y comienza a formarse junto a Vázquez Díaz, su maestro. Con sus amigos Benjamín Palencia y Alberto Sánchez recorre los campos de las afueras madrileñas y comparte la experiencia de la «Escuela de Vallecas».

Años de bohemia y tertulias de café, Caneja vivió una temporada en la Residencia de Estudiantes, donde conoció al pintor portugués Almada Negreiros, entabló buena amistad con Alberto Sánchez, Luis Castellanos, Maruja Mallo y los poetas Luis Felipe Vivanco y Herrera Petere, departió con Federico García Lorca y con Rafael Alberti, y compuso versos primerizos, publicados en la revista burgalesa Parábola. En 1929 viaja a París y entra en contacto con las nuevas tendencias (especialmente con el cubismo), con miembros de la escuela española y con el propio Picasso. De ese primer influjo cubista queda, por ejemplo, Fábrica (1929) y Composición (1930). A su regreso a España participa en diversas exposiciones colectivas, especialmente en el Primer Salón de los Independientes del Heraldo de Madrid. En aquel timepo también expone en «La Consigne» de París.

Se traslada a Zaragoza cuando su padre es nombrado gobernador civil de la ciudad. Trabaja con Corrales y con el pintor González Bernal, a quienes había conocido en París. Políticamente comprometido con la Segunda República, en 1934 expone individualmente, por primera vez, en el madrileño Museo de Arte Moderno, con obras de carácter cubista. 12 meses después participa en la muestra parisina «L’Art Espagnol Contemporaine» y en el Musée des Ecoles Etrangères. Al estallar la Guerra Civil, Díaz-Caneja, afiliado al Partido Comunista y miembro además de la CNT, se enrola en el ejército republicano. Represaliado por el Franquismo, pena prisión tardía en Carabanchel y Ocaña (1948-1951), pero no deja de pintar. Cuando en 1951 se celebra el juicio que lo condena a dos años de cárcel, le llega la libertad por haber cumplido ya ampliamente la condena. Al poco de salir expone en el Museo Nacional de Arte Moderno y en la Primera Bienal Hispanoamericana de Arte, celebrada en Madrid.

A partir de los años 40 se fija el perfil definitivo de su pintura, en la que, sobre una base cubista y a través de armoniosas gamas de amarillos y tierras, recrea con pureza y esencialidad el paisaje castellano. El pintor reside en Madrid y participa en los célebres y clandestinos homenajes que celebraba Milicua cada vez que un componente del grupo (formado por anarquistas y republicanos) viaja a París, expone o publica un libro.

Méritos y obras

De los años 60 y 70, en los que unas manchas de color, más o menos fragmentadas, se van enriqueciendo con diversas tonalidades y matices, deja obras capitales como Tierra (1962) y Pueblo (1974). Pinta a la Castilla más alegre y colorida, menos árida, en obras como Tierras amarillas (1976) y Tierra azul (1982).

En sus últimos años –fallecería en Madrid, el 24 de junio de 1988- avanzó hacia la abstracción, aunque fiel siempre al paisaje castellano; así hizo, por ejemplo, en Tierra roja y Mancha negra, ambas de 1987. Tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, segunda en 1957 y primera en 1962, Caneja fue distinguido con el Premio Nacional de Pintura en 1958, el Premio Goya de la Villa de Madrid (1960), y el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1980. Al año siguiente fue nombrado Hijo Predilecto de Palencia, localidad que alberga la Fundación que lleva su nombre.